“Un chico nuevo es una familia nueva”, explicó una directora, mientras saludaba a los niños, el primer día de clases, en este suelo misionero. “Lo importante es abrir las puertas y transmitir que acá estamos para lo que necesiten; que no tengan miedo de acercarse, de preguntar cómo están sus hijos y de despejar sus dudas”, agregó.“Desde nuestro lugar de docentes, nos corresponde mantener una mirada cercana y comprensiva”.Hace pocos días, un alumno nuevo de séptimo grado se largó a llorar cuando su maestra comentó que iba a tomar una evaluación diagnóstica, para saber si recordaban lo visto el año último. El chico se aterrorizó ante la posibilidad del fracaso. Se lo tuvo que contener y explicarle que respondiera lo que supiese, que se trataba de una prueba de diagnóstico.Para una experta en temas relacionados, Cazenave, los alumnos nuevos se insertan rápidamente si tienen una actitud positiva y abierta. “Los chicos son buenos receptores de quienes quieren integrarse. A quienes ingresan les aconsejo que se abran, que muestren ganas de hacerse amigos, que echen raíces y se dejen querer. Les van a tirar muchas sogas: agárrenlas”, comentó.Especialistas creen que en los colegios lo importante son los pequeños detalles y no tanto las grandes estrategias. El desafío es ¿cómo acercar a los alumnos nuevos a sus gustos personales? (deportes, música).Hay que aclarar las pautas de cada establecimiento sin darlas por supuestas y tener en cuenta la singularidad de cada chico. Otra estrategia que da buenos resultados es pedirle a los nuevos que se presenten delante de la clase y cuenten de dónde vienen.“De entrada, vencen la timidez y esto los fortalece”, dijo la profesora Jacob, convencida de que todo ser humano lleva innato (como las plantas y animales) la capacidad de adaptación al nuevo medio.A los padres de alumnos nuevos se les recomienda confiar en la elección que hicieron. “A veces deciden el cambio sin estar convencidos. Esta inseguridad entorpece la integración de sus chicos, ya que éstos perciben la tensión”.Para que esta decisión -difícil de tomar por cierto- sea exitosa, los especialistas insisten en que los papás deben estar atentos a las necesidades de los hijos.“Sugiero dialogar en la casa; ver cómo está cada hijo; qué lo hace feliz y qué no, y abandonar la propia ilusión o expectativa (que el chico estudie en el mismo establecimiento del padre o que vaya a una colegio bilingüe muy exigente).“El exitismo feroz de los adultos no permite elegir con libertad y de acuerdo con las necesidades de cada hijo. Muchos pequeños vuelven exhaustos a sus casas y no tienen tiempo para vivir y para jugar. No siempre el colegio exigente es la mejor opción y esto no implica empujarlos al fracaso”. Al menos por mi propia experiencia personal, intento que mi hijo Francisco se eduque en una institución que trabaje desde un clima emocional saludable, mas allá de lo conceptual, me interesa lo actitudinal, los valores, la posibilidad de crear junto a otros.¿Qué opinan los especialistas sobre los cambios de escuela?En general, coinciden en que el cambio de escuela es una decisión compleja que resulta saludable cuando los problemas de convivencia y relación son importantes o cuando existe un proceso reiterado de fracaso académico. Más allá de ello, es preciso analizar cada caso y tener en cuenta las particularidades de los chicos.En muchos casos, me gusta decirle a quien ingresa al colegio con una experiencia negativa en su haber que “aquí no está marcado (por repetidor o mala conducta), que tiene una hoja en blanco para escribir su historia como él quiera hacerlo”, con una mirada esperanzadora frente al futuro.¿Qué hacer para evitar el aislamiento?Los colegios desarrollan distintas estrategias para evitar el aislamiento de los alumnos nuevos. Recomiendan que los chicos recorran con sus familias la escuela antes del comienzo de clases para familiarizarse con la institución.• En algunos casos, designan maestros especiales o tutores para que realicen un seguimiento personalizado del estudiante que se incorpora para orientarlo durante las primeras semanas de clases.• Una estrategia muy común es recomendar que los docentes armen equipos de trabajo en el aula y promuevan la integración entre compañeros.• Otra posibilidad que aconsejan los especialistas es que se promueva el trabajo de grupos en tareas fuera de la escuela, para favorecer especialmente la integración de los chicos nuevos.• Muchos colegios, en los primeros años de la primaria, mezclan las secciones de un grado al comenzar el año. Así, todos los alumnos se esfuerzan por integrarse y no solo los que acaban de incorporarse.• Los métodos son de los más variados: invitarlos al colegio unos días antes de comenzar las clases para que se familiaricen con las instalaciones; entregarles un anuario del año anterior para que vayan conociendo las caras de sus compañeros; asignar una maestra o un compañero tutor por cada alumno que ingresa, para que pueda orientarlo.• Otras estrategias también recomiendan sentar al “nuevo” junto a los alumnos “viejos” más abiertos, y organizar un agasajo para las familias que ingresan a la institución, para que se sientan parte de la comunidad. En algunos casos, estos encuentros se realizan al aire libre, durante un fin de semana, para que la adaptación llegue a toda la familia.Colaboración: Myrian Mabel BáezLic. en Psicopedagogí[email protected]
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