Cuando hablamos de tics, inmediatamente recordamos a conocidos que parpadean frecuentemente, dan vuelta la cabeza sin sentido, guiñan con un ojo o hacen crujir los nudillos insistentemente, por ejemplo W. A. Mozart jugaba incesantemente con sus manos y golpeaba el piso con el pie.Los tics fueron considerados durante mucho tiempo enfermedades psicológicas, pero en realidad son provocados por un mal funcionamiento cerebral, son movimientos involuntarios y sin motivo aparente de grupos musculares, de forma convulsiva, inoportuna y excesiva, formados por movimientos, ruidos o palabras, disminuyendo su actividad con la distracción o por esfuerzo de la voluntad del afectado.Los tics son variados, van desde parpadeos en exceso como si tuvieran una basurita en el ojo, otros rotan la cabeza como si quisieran aliviar una contractura, algunos gritan como sintiendo miedo, o lanzan palabrotas o groserías sin motivo, por ejemplo el escritor S. Johnson emitía sonidos como si rumiara o cacareara, movía los pies, giraba los dedos y torcía las manos. Los tics son imprevisibles, sin sentido y siempre fuera de contexto, están los “simples” con breves movimientos repentinos, únicos, aislados y repetidos, como parpadear, encoger los hombros, fruncir el entrecejo, sacudir la cabeza u olfatear, por ejemplo el exministro de economía A. Alsogaray guiñaba un ojo repetidamente. Luego están los tics “complejos o manierismos” que son movimientos coordinados, sucesivos, involucrando varios grupos musculares, como saltar, hacer gestos obscenos, decir frases ofensivas, olfatear objetos, tocarse la nariz o a otras personas y conductas auto-mutilantes (herirse a sí mismo), por ejemplo el actor Zac Efron se rasca compulsivamente los brazos hasta lastimarse.Hay tics comunes como los faciales de guiñar el ojo, parpadear, fruncir la nariz o la frente, hacer muecas con los labios o silbar; los de cabeza y cuello como saludar, rotarla o levantarla, la diputada E. Carrió sonríe cuando cierra una frase y también mira hacia el costado mientras habla.Otros tics son elevar los hombros, brazos o manos, resoplar, bostezar, carraspear y los verbales como gritar palabras o frases; el parpadeo involuntario, cierre de ojos a repetición, temblor de la mandíbula, también hay algunos voluntarios como acariciarse la barba, enrularse el cabello o mover la pierna, por ejemplo el actor R. Pattinson se lleva las manos a la cabeza constantemente.Los tics empeoran con la ansiedad, la fatiga y la tensión o estrés, aunque esto no significa que sean “tics nerviosos”, son producto de un cortocircuito en los mecanismos de inhibición del desarrollo neurológico, produciendo estos actos repetitivos, como por ejemplo “Palito” Ortega saca la lengua más de lo común al hablar. Trastornos en el embarazo y el parto causan tics, como el bebé de bajo peso al nacer, tabaquismo, estrés de la madre durante el embarazo, intoxicaciones y falta de oxígeno en el parto.Los tics afectan al 1% de los niños, y la gran mayoría (75%) desaparece en la adolescencia y adultez, sin embargo la consulta médica prematura es clave, para descartar otras enfermedades acompañantes como trastornos de aprendizaje, déficit de atención, problemas para controlar los impulsos, ansiedad y trastornos obsesivos compulsivos (TOC).El afectado por un tic debe ser contenido, su tratamiento involucra también a su familia, combinando medicamentos cuando sean severos o estigmatizantes e interfieren en la vida diaria.También se usan “técnicas de reversión de hábitos”, donde se enseña al afectado a reconocer las sensaciones previas al tic y entrenarse para que al sentir que está por venir haga un movimiento contrario, por ejemplo si el tic es mover la cabeza hacia atrás debe llevar el mentón al pecho, para extinguir las sensaciones molestas que lo originan.Con los tics motores se hace tanta fuerza para no realizarlos delante de la gente, que el esfuerzo interno es igual a cuando uno quiere aguantar un estornudo o un bostezo. Los chicos deben saber lo que tienen, para poder contárselo a sus compañeros, maestros y conocidos, así los comprenden y evitan la burla, los maestros deben colaborar facilitando el diálogo y reduciendo la tensión en clase, para evitar la sensación de desborde o falta de control que disparan los tics.u0009 Los tics pueden repercutir en la vida privada produciendo dolores, interfieren con las relaciones familiares y de pareja, la mayoría se siente anormal y menos bellos teniendo igual significado al de una malformación o deformidad visible, afectando la autoestimaLos tics tienen la ventaja de no ser permanentes, ni fijos, aparecen y desaparecen según una frecuencia, pueden ser contenidos y controlados con entrenamiento y/o fármacos, y un alto porcentaje desaparece con el tiempo.La persona con tics se sabe poseedora de un “defecto” y debe ser ayudada a entender que no es importante y que su vida no acaba por poseerlo, que todos poseemos defectos, algunos más visibles, otros invisibles, algunos ocultables y otros no. Dependerá el futuro de su personalidad, mientras más precozmente se explique y traten los tics.Todos en algún momento de nuestra vida deberemos manejar algún defecto, como una alteración de una función, un impedimento para caminar, una sordera, una disminución de la visión, una falta de memoria, una deformidad, etc.Un defecto nos inoportuna, molesta e incomoda, algunos nos hacen sentir mirados, evaluados, criticados, murmurados, juzgados superficialmente, tenemos la sensación de ser el centro de las opiniones y burlas, creemos que los otros se fijan solo en ellos y opinan de él.Todo dependerá de nuestra actitud, podemos hacerle caso a nuestras elucubraciones o podemos tratar de evitarlas, pero para ello debemos aprender a apartar la angustia del centro de nuestro pensamiento.Una forma de encararlo es conocer lo que tengo, reflexionar junto a la familia y allegados, analizar lo que la ciencia me brinda como posibles soluciones, y enfrentar el defecto con valentía. El ignorarlo es una táctica inteligente, pero en algún momento puede resurgir la idea como un volcán y producir más daño.Es esencial amortiguar todo efecto dañino, siendo muy importante neutralizar “la opinión del otro”, especialmente la de aquellos que se “engolosinan” señalando y agrandando defectos ajenos, murmurando y creando diferencias, haciendo gala de una maldad sin límites.Lo que consideramos bello o feo, el tiempo se va a encargar de reacomodarlo.Colaboración:Bazán J. L. – MédicoDeseo tu opinió[email protected]
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