La oportunidad tiene la forma de un hombre que se nos acerca con un gran “jopo” de cabello en su frente y pelado en la nuca, podemos agarrarlo del “jopo” cuando viene hacia nosotros, porque cuando se va es imposible por la pelada.De pronto, en la vida, a cualquiera de nosotros se nos presentan caminos insospechados, que nos permiten explotar nuestra imaginación y creatividad, los cuáles suelen no regresar, esos caminos abren puertas doradas únicas y nos dan una semilla de esperanza.Las oportunidades que se nos presentan dependen de que sepamos verlas, pueden ser únicas o múltiples, pero si las dejamos pasar de largo empezaremos a buscar argumentos, como que tengo mala suerte, me abandonaron, Dios no se acuerda de mí y me quiere así, los demás me ignoran o no puedo hacer nada más.Pensaremos que la vida es injusta o que estamos destinados a fracasar; como decía B. Franklin “Para triunfar debemos tomar las oportunidades con la misma velocidad con que sacamos conclusiones”.Las grandes oportunidades pueden estar inteligentemente camufladas como frustraciones devastadoras, por lo que no hay que desesperarse, con la ayuda adecuada podemos cambiar las cicatrices en estrellas y los impedimentos en fortalezas.“Una princesa que agonizaba en su lecho de muerte, pidió que su tumba fuese cubierta con una gran piedra de granito y sellada con abrazaderas de hierro, llevando escrito: ‘Esta tumba, comprada para toda la eternidad jamás deberá abrirse’.“Aparentemente, durante el entierro se metió en la tumba una bellotita, que pudo absorber suficiente alimento para crecer y al tiempo dio un brotecito en medio de las piedras. Después de varios años de crecimiento, un robusto roble se levantaba entre las abrazaderas de hierro. El hierro no pudo con el roble y sus raíces lo rompieron, dejando al descubierto la tumba que nunca debía abrirse. La nueva vida se abrió camino desde el lecho de muerte con una pequeña semillita”.A veces las oportunidades se nos presentan como a esta semilla, que luego de aprovecharlas se transforman en un gran árbol, podremos finalizar situaciones y tener nuevos comienzos, por esto debemos ser buenos pescadores y como solemos decir “a río revuelto ganancia de pescadores”. Existen estados que nos impiden descubrir nuevas oportunidades, el orgullo es un poderoso enmascarador detrás de la excelencia y la hiperactividad, la impaciencia es otro impedimento haciendo apresurarnos y actuar antes de tiempo.Tampoco ayuda mucho el estrés con sus fuerzas descontroladas, los temores y la angustia, menos el odio o el rencor que nos hace irracionales e impidiéndonos conocer lo que buscamos, debemos tener claridad en nuestras metas y no saber nuestras debilidades nos hace aún más pequeños.Estos estados negativos nos nublan y paralizan impidiéndonos la acción para tomar decisiones, pensamos: “Así he sido siempre, no puedo cambiar”, no actuamos, debilitamos nuestra iniciativa y postergamos para mañana lo que debemos decidir hoy.Es esencial tomar primero la decisión de buscar las oportunidades, eso nos permitirá estar en actitud de alerta y búsqueda, ayuda mucho la paciencia con el control de nuestros temores y angustias, nuestras creencias espirituales y la esperanza.Debemos luchar contra nuestra pereza y desilusión, como cuando pensamos “Debo hacerlo, pero…”, hay que analizar racionalmente todo aunque junto a nuestras emociones, confiando en la intuición que es el sentimiento interno y visceral de estar tomando la decisión correcta.El análisis de toda oportunidad lo debemos hacer con responsabilidad, midiendo los riesgos y posibles daños, descartando negatividades como cuando pensamos: “Si él o ella no cambia por qué yo sí tengo que hacerlo”.Una tormenta desbordó el río que pasaba por un pueblo, inundándolo poco a poco, los habitantes escapaban como podían, pero el religioso se quedó en su templo rezando a Dios para que lo sacase de allí. En ese momento, pasó un hombre en camioneta que le gritó: “¡Padre, venga!”- No te preocupes, hijo- respondió el religioso- Dios me salvará.El nivel del agua crecía y pasó un bote de remos cuyos ocupantes le gritaron que subiera, pero el religioso les dijo: “Vayan ustedes, gracias, Dios me salvará”.Luego subió al techo del templo, y apareció un helicóptero desde donde le hicieron señales para que subiera, pero éste se negó: “¡Yo soy un hombre de fe!” – gritó al helicóptero- “¡Dios me salvará!”.Sin embargo, el agua seguía cayendo y el religioso se ahogó; y llegando al cielo. Cuando estuvo cara a cara con Dios, le recriminó porque lo dejó morir: “Mi Señor -le dijo con tristeza- “¿por qué me abandonaste?”.“¿Pero de qué abandono me hablas?”, le respondió Dios. “¡Te envié una camioneta, luego un bote y después un helicóptero!”.Todo ser humano necesita siempre reconstruir algo que hizo mal o que no supo hacer, la fe en Dios nos da seguridad de que podemos transformar nuestras ideas y sentires.A veces solemos convencernos y justificarnos que estamos mejor tal como estamos. ¿Para qué vamos a probar caminos desconocidos?, tenemos miedo de probar algo nuevo, pues pensamos que una nueva dirección va a ser dolorosa y podemos fracasar.Al seleccionar una nueva oportunidad debemos administrar correctamente el tiempo, es decir cuándo esperar y cuándo actuar, cuándo decidir y cuándo no, buscar la motivación justa o iniciativa para emprender el cambio, sin exagerar ni apagarla.Debemos saber cuándo daremos el primer paso, la decisión justa y adecuada, y para esto es bueno clarificar nuestros objetivos, ni antes ni después, porque “camarón que se duerme, lo lleva la corriente”.No debemos planificar demasiado, ni querer tener todo bajo control, ni desear tener todas las condiciones perfectas, es bueno hacer un plan y enfocarnos en los resultados que deseamos lograr. Suele haber equivocaciones al transitar nuevos caminos, pero no debemos temer fallar, es bueno reajustar la nueva senda del camino según las novedades en vez de perder el tiempo con lamentos.No nos quedemos con la rutina y automatismos, sentados aburridos y sin vivir una nueva aventura, “Las oportunidades nunca se pierden, las que nosotros desperdiciamos alguien las encontrará”, haciendo que los sueños sucedan y se cumplan.Colaboración:Bazán J. L. – MédicoDeseo tu opinió[email protected]
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