Lo que dijo Sócrates de “Conocerse a sí mismo” hace más de dos mil quinientos años sigue aún vigente, ya que es el método esencial para conocer nuestros pensamientos con sus sentimientos y emociones, evitando así quedar atrapado por ellos.Nuestros sentimientos y emociones no siempre son tan evidentes, no siempre podemos darnos cuenta de ellos, por eso tratar de entenderlos debería ser una meta para cumplir por todos. Cuántas veces hemos sido llevados por una ira incontenible hacia la agresión o un pesar tan profundo hacia el suicidio.Entender fielmente nuestros estados internos es tratar de ser sabio, es reflexionar sobre lo que nos pasa, para saber cómo detectar y neutralizar los excesos que nos llevarán irremediablemente a la ruina emocional, física y mental.Si bien hacemos hincapié en controlar las emociones y sentimientos, ellas forman parte de nuestras “ideas” con sus significados, y estas ideas también deben ser analizadas por todo observador con criterio; esto nos permitiría alertar sobre pensamientos como “Estoy siendo muy pesimista”, o “No debería sentirme así”, o “No es para tanto, hay cosas peores”, o “No debería pensar en esto”.Si tomamos conciencia de nuestros pensamientos con sus emociones equivocadas o trastornadas, inmediatamente podremos enfocarnos en su reparación y cambio, por ej. si encuentro que soy malhumorado, desagradable o me comporto como “seriote repelente”, puedo enfocarme en cambiar.Entender y ser consciente de nuestros estados de ánimo es enfocarse con claridad en su solución, es tratar de saber nuestros límites, tener una visión de superación y positiva de la vida, por ej. siempre me llaman la atención las personas que cuando se dialoga con ellas o se hace un comentario, todas sus oraciones y respuestas comienzan con “NO”, demostrando su interés escondido en rechazar otra opinión distinta a la suya.Suele suceder que a veces estemos enterrados en nuestras emociones, incapaces de librarnos de ellas, somos pesimistas y estamos sumergidos en nuestro malhumor sin posibilidades de cambio.Es por esto que debemos entender y aceptar nuestros desvaríos o distorsiones emocionales, para luego hacer el esfuerzo por cambiarlos, no deberíamos dejar que todo siga transcurriendo como están las cosas, esperando que algún milagro produzca el cambio desde el cielo.Existen un tipo de personas que viven aquejados por la imposibilidad de expresar sus emociones, esto se llama “Alexitimia”, no tienen vida emocional de la que hablar, dan la impresión de ser personas diferentes y extrañas, pues tienen dificultad para describir los sentimientos propios y ajenos, no sienten ira, ni tristeza ni alegrías, no saben lo que sienten, son descoloridas y tibias, aburren a todo el mundo, tienen una chatura emocional, rara vez lloran pero cuando lo hacen sus lágrimas son abundantes y no saben porque lloran, no es que no sientan emociones, sino que son incapaces de saber y de expresar en palabras lo que sienten, si lloran al ver una película se sienten mal aunque no pueden decir exactamente qué clase de malestar sienten.Es por esto que si podemos expresar con palabras lo que sentimos, lo debemos hacer, en muy bueno identificar lo que sentimos y podemos actuar en consecuencia.Debemos aprender a tener Conciencia de nosotros mismos, de lo que sentimos y de lo que pensamos.El “Conócete a ti mismo” de Sócrates es lo mismo que el término de “Autoconciencia” tan usado actualmente, es el procedimiento por el cual nosotros mismos “paramos la pelota” y nos preguntamos. ¿Bueno, que me pasa que estoy tan mal humorado o triste o angustiado?, ¿ Qué es lo que me causa esto?, ¿Seguro que es porque tal persona me trató mal?, o ¿Quizás es porque no estoy conforme con la carrera que estoy estudiando y por eso todo me sale mal?Es meterse dentro de uno mismo a escarbar cuáles son las aristas que me hacen estar de mal humor y cómo limarlas, a esto llamamos introspección psicológica, es una sintonía interior para descubrir nuestras fallas y aciertos, logrando así ser más sabios.Tener “Conciencia de uno mismo” es bucear dentro nuestro, para tratar de entender aquellos pensamientos y sentimientos que nos tienen atrapado, por ej. si me abalanzo sobre el televisor o sobre cualquier revista cuando veo una mujer semidesnuda, debo poner atención en este aspecto.Hay ciertas emociones que las expresamos conscientemente más fácilmente que otras, como por ej. cuando gritamos y nos irritamos sabemos el estado de disconfort que tenemos y que provocamos a los demás.Otras emociones son más difíciles de entender, como esa leve pero continua sensación de angustia que tengo desde hace semanas y no sé de dónde sale.También existen sentimientos y emociones guardados en nuestro interior profundo o Inconsciente, que agitan nuestra persona y nosotros no sabemos cuál es su origen, como por ej. se hicieron experimentos con voluntarios pasándoles diapositivas, y entre todas las imágenes les pasaron la foto de una serpiente de forma rápida e imperceptible, de modo que ellos no se daban cuenta conscientemente, pero si la captaban con su inconsciente (subliminal) provocándole agitación emocional con transpiración, taquicardia, y ansiedad, sin saber porqué le sucedía esto.Me suele suceder que a veces estoy de mal humor durante el día, viendo afrentas y enemigos donde no existen, haciéndome hablar en tono cortante a la gente sin motivo alguno, esta irritabilidad a veces otro me la hace notar o yo la descubro solito, y me doy cuenta que ese día tuve una situación desagradable y molesta a primeras horas del día, lo que me predispuso al malhumor.A esto llamo tener conciencia de uno mismo, a poder analizarnos y encontrar en lo posible causas para poder corregirlas, y poder superar todo mal humor.Debemos aprender a colocarnos como observadores imparciales de nuestra propia persona, para entender lo que estamos sintiendo y qué posibles caminos podemos tomar, evitando de esta manera ser arrastrados a situaciones extremas por nuestras rabia, furia, ira, depresión, angustia, tristeza, morbo y la crítica destructiva. Todos estos estados si son manifestados en sus extremos nos llevan indefectiblemente al descontrol y destruyen nuestro equilibrio interno.Colaboración:Bazán J. L. – MédicoDeseo tu opinió[email protected]
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