La mayoría de los humanos desearía ir por la vida como si estuviera nadando apaciblemente, resolviendo los problemas, teniendo tiempo para descansar y divertirse, pero la realidad suele ser otra.Los que tienen mayores posibilidades para adaptarse mejor y triunfar en la vida son aquellos con personalidad coherente y flexible, es decir con autocontrol, para esto hay que tener nuestras vidas construidas sobre valores sólidos y humanos, que nos alejen de la violencia y nos acerquen a la mansedumbre.Ser coherente y flexible nos permitirá adaptarnos a los distintos contextos que la vida nos ofrece, para reaccionar adecuadamente, como por ejemplo en situaciones de gran tensión como una agresión, o de gran calma como en un concierto.El grado de flexibilidad y coherencia que tengamos demostrará nuestro estado de salud, ser flexible no es estar permanentemente cambiando como un camaleón, pasando indistintamente de un valor a otro, de una idea a otra, de una creencia a otra y de una conducta a otra; esto solo muestra una contradicción interna profunda.En la adolescencia, donde hay conflictos internos por las nuevas emociones, compañías y relaciones, suele haber demandas del grupo que empujan a conductas “a veces” no deseadas, como beber o drogarse.Si no estoy de acuerdo con beber o drogarme, nos preguntaremos ¿Voy a defender mis creencias y valores o me obligaré a hacerlo para ser aceptado por el grupo? En todos los humanos coexisten “deseos” variados como el hambre, la sed, el sexual, el pro-social, a los que la sociedad les da su explicación, modo de controlarlos, desarrollarlos y saciarlos.En este juego entre lo que deseo y lo que obtengo, está cómo lo controlo y lo que me permito, produciéndonos conflictos internos, porque puedo desear una cosa y la sociedad no me lo permite, como por ejemplo si deseo la poligamia o sea tener varias esposas/os, mi sociedad no lo permitirá.En este proceso nos vamos moldeando hasta formar nuestra identidad, ayudados con nuestros aciertos, indecisiones e imperfecciones, haciéndonos más fuertes o más débiles.Nuestro pensamientos nos van guiando, los que convertimos en acciones podemos redireccionarlos y corregir los errores (a veces), convirtiéndose en modos de ser y rasgos de personalidad, los que eventualmente nos guiarán a nuestro destino.Del juego entre lo que pensamos y hacemos surgirá la “coherencia o relación armoniosa” entre ideas y acciones, si lo que pienso y siento es igual a lo que hago, seré coherente, como por ejemplo si siempre creí en que la mujer y los hombres deben tener iguales oportunidades, debo respetar a las mujeres de mi familia y de mi trabajo, para demostrar lo que pienso.Si nuestras ideas, emociones y acciones son coherentes, tendremos paz interior y equilibrio interno, siempre y cuando nuestras ideas, emociones y acciones sean de alta calidad, de respeto mutuo y humanas.Hoy en día vivimos en un mundo donde no es fácil mantener un equilibrio mental, por la gran cantidad de personas con ideas “extremas o fanáticas” que no permiten un pensamiento diferente, pues consideran que poseen la verdad completa.Hay fanáticos en todos los niveles, en los deportes, en la religión, en la política, en la economía, quienes tienen como único denominador la falta de interés por “lo que piensa el otro” y además creen que “solo lo que ellos piensan vale”.Por eso debemos evaluarnos muy seguido para detectar nuestro grado de fanatismo e irreflexión, meditando sobre nuestros actos y pensamientos.Al meditar nos colocamos en un estado especial para analizar todo lo que nos pasó y como nos impactó hasta el momento, para meditar no es necesario ser monje ni religioso, ni ponernos con las piernas cruzadas, solo debemos tener ganas de tomar la decisión, buscar un lugar silencioso, tiempo, respirar profundamente y ponernos a pensar.Debemos apagar el televisor, suspender los ruidos continuos que nos acompañan diariamente, antes de dormir, después de dormir, diez minutos en el trabajo o cuando deseemos, y podremos pensar.Con el meditar podemos purificar nuestros pensamientos y emociones, limpiando aquellos que nos deterioran, podemos analizar si hemos perdido el rumbo de nuestras metas más nobles, como cuando perdimos nuestro equilibrio dejándonos llevar por la venganza, el rencor, la ira o el odio.Debemos encontrar cuáles son nuestras conductas inmaduras y egoístas, los pensamientos defectuosos, las emociones desmedidas, para analizarlas y reencaminarlas en la próxima oportunidad; esta es la necesidad de cambio que debe guiarnos. Para esta limpieza interior debemos tener la certeza de que nuestra visión de la realidad es incompleta e imperfecta, no es la única ni la mejor, “es una más” por nuestros límites y defectos. Es nuestro “orgullo” el que nos hacer creer que somos más de lo que somos.Debemos detectar los lastres que traemos de tiempo atrás impidiéndonos progresar, especialmente las experiencias agresivas y degradantes que pudiéramos haber tenido en nuestra crianza y educación.Soy amable o fastidioso, agresivo o gentil, solícito o egoísta, confiado o desconfiado, pulcro o sucio, grosero o cuidadoso, pesimista u optimista; todo esto configurará un dibujo de nuestra persona.Debemos hacer conscientes nuestros secretos ocultos, para entender qué grado de daño nos están produciendo y cómo podríamos recuperarnos.Sería bueno saber qué situaciones nos producen miedo, ira, estrés, ansiedad; para prepararnos mejor cuando están por aparecer, y cómo me comporto cuando veo que el otro piensa distinto.Al mismo tiempo deberíamos incorporar conceptos de tolerancia y aceptación de aquello que no nos agrada del otro, para ser más abiertos y receptivos, y ver si lo podemos ayudar, pues su pensar es tan respetable como el nuestro.No vivamos siempre esperando recibir sino que debemos dar más, así como somos vulnerables e imperfectos, el otro también lo es, nosotros sufrimos y el otro también, nosotros deseamos comprensión y el otro también. Nuestra primera y última intención en todos los pensamientos, emociones y acciones deben ser nobles y protectores para todos.Busquemos lo virtuoso y no nos quedemos apegados a lo burdo, barato, fácil, superficial, oscuro y egoísta.Deseo tu opinión: [email protected]
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