El trueque está teniendo un “angustioso” éxito nuevamente. Con un antecedente “victorioso” del sábado 17, cuando participaron más de 200 concurrentes para trocar alimento, ropa y oficios, el evento -organizado mediante un grupo de Whatsapp- se volvió a realizar el último sábado con una mayor adhesión y extensión de tiempo, de 10 a 18 horas, en la plaza Estevez, ubicada entre la calle Japón y avenida Lavalle.Si bien el trueque es un fenómeno que existe desde hace, aproximadamente, 10 mil años, luego con la aparición de la sociedad agricultora-ganadera en Argentina la connotación que tiene no es la de un mero intercambio de bienes y servicios sino la de un síntoma de crisis intensa y profunda, que se manifiesta, primeramente, en las clases más vulnerables de la sociedad (la crisis del 2001 es el antecedente más próximo).El trueque, como modo de rebusque, vuelve a ser la principal herramienta de mucha familias desempleadas que, mediante el intercambio de legumbres, zapatillas y horas de trabajo, logran saciar sus necesidades básicas. “Son diferentes las necesidades pero son muchas. Por ejemplo se acercaron hombres ofreciendo oficios. No habiendo trabajo se involucraron en el trueque porque necesitan generar recursos y comer. Acá, la gente que viene necesita más que bienes materiales, ellos necesitan comestibles”, explicó Gladis Dávalos, una de las organizadoras del trueque.La vecina, encargada en dirigir el evento, aseguró también que con el primer trueque “la gente estuvo muy conforme, muy contenta, fue un éxito”, cosa que los motivó a organizar un segundo encuentro para repetir la buena experiencia que ayudó a muchas familias a conseguir ropa de abrigo y alimentos, fundamentalmente.“Esto esta organizado solo entre los vecinos sin recurrir a la política ni a Desarrollo Social. Estamos tratando de que todos puedan salir convencidos de que se puede intercambiar cosas sin que haya tanta plata de por medio. No solo pensar en la plata, porque hoy por hoy, nosotros, no tenemos, no nos sobra el dinero en nuestras casas, no nos alcanza para comprar”, aseguró Dávalos. Y siguió diciendo que “hay una mezcla de necesidades fuertes en los barrios periféricos”.Verduras y comestiblesSegún el testimonio de Dávalos lo que más se intercambia en el trueque son las verduras y mercadería comestibles. “Lo que más llevó la gente para intercambiar fue ropa de abrigo, zapatos y mercadería. Todo en buen estado. Y por lo que más buscaba intercambiar era por comestibles”, advirtió. Luego detalló su propia forma en que participó en el trueque y dijo que “llevé cosas para intercambiar como arroz, fideos, mayonesa, legumbres y pudimos intercambiar por ropas y zapatillas para mis hijos, que era lo que me hacía falta. Puntualmente esa era mi necesidad, zapatillas. Se dio la posibilidad y las intercambié por legumbres. Hicimos al rededor de 50 paquetitos de legumbres con bolsitas de hielo y los vendimos a 10 pesos cada uno. Entonces, habían personas que querías diez bolsitas -o veinte- y lo intercambiábamos por un jean o unas zapatillas, una remera o un abrigo. Y si no llegábamos a intercambiar por el mismo valor, iba una moneda arriba (la diferencia). Así funciona”, afirmó. En una recorrida por el predio, este Diario pudo intercambiar conceptos con varios participantes de la actividad y en un buen porcentaje son familias en las que el principal sostén económico (el hombre) se quedó sin trabajo y entonces son las mujeres las que se animan a utilizar este modo de adquirir alimentos o abrigos para aliviar la compleja situación que les toca vivir.El fenómeno del trueque volvió a revivir en Posadas, lo que enciende una luz de alerta sobre la realidad que viven en la actualidad muchas familias.LimpiezaSegún lo establecido entre los vecinos integrantes del grupo de Whatsapp, uno de los principales requisitos para participar del trueque es “ayudar a limpiar el predio una vez finalizado el evento y no ocasionar molestias a los vecinos que viven al rededor de la plaza Estevez”, de manera de generar un clima de cooperativismo y bienestar durante el tiempo de duración del acontecimiento. “Esto es más que nada para que después, cuando nos tenemos que ir, no quede todo sucio y cuando queramos volver no pongan resistencia los vecinos que viven en la zona. Eso se está cumpliendo y también es un buen síntoma, porque prácticamente todos colaboran”, reconoció Dávalos.Si bien, los ciudadanos que participan y organizan el trueque lo hacen independientes de organismos gubernamentales o privados, Dávalos consideró oportuno hacer la solicitud al municipio de instalar algunos baños químicos, para todos aquellos que permanezcan en el predio durante la jornada de los sábados.Fotos: J.C. Marchak
Discussion about this post