Saber cómo adquirir el “verdadero conocimiento” enfrentó a muchos pensadores, debido a que no se ponen de acuerdo de dónde viene el contenido de nuestras ideas, será que lo heredamos de nuestros padres o cada uno lo aprende con las experiencias.Algunos piensan que se obtiene con la exclusiva ayuda de la razón (racionalistas) como R. Descarte y Espinosa, dicen que nuestras ideas son innatas traídas desde antes del nacimiento, al igual que las matemáticas. La razón conoce naturalmente los elementos básicos de nuestra realidad, y los sentidos luego le ayudan.Otros creen que el conocimiento se obtiene a través de la experiencia captada por nuestros sentidos (empiristas) como F. Bacon y D. Hume, al nacer somos como una hoja de papel en blanco que solo la experiencia va llenando, por ejemplo veo una cara me gusta o no.Los empiristas creen que la ciencia es la “madre autorizada” del conocimiento, pues observa y experimenta, luego ordenamos con nuestra mente estos conocimientos, por ejemplo decir que hay seres con vida y objetos sin vida.Experimentar es “conocer” lo de afuera por los sentidos, como la vista que nos da un color o movimiento, el sabor, etc., como cuando Newton vio caer una manzana y se preguntó sobre la ley de la gravedad; y también experimentar dentro de nuestra intimidad por la reflexión, como cuando estamos tristes o alegres.Con nuestro “razonamiento” recogemos, guardamos y utilizamos todo nuestro conocimiento, construimos un edificio de ideas a partir de procesos mentales, para entender y sobrellevar nuestra vida diaria, por ejemplo lo que aprende un niño en la escuela lo aprovecha para vivir mejor.Al razonar manejamos las ideas para entender la realidad y desarrollar una conducta, para integrarnos al medio ambiente lo mejor posible, y esta adaptación está vinculada a una mayor o menor inteligencia y a un adecuado manejo de las emociones propias y ajenas.La capacidad de razonamiento se relaciona a la forma de cómo entra la información a nuestra mente, cómo es procesada, qué reacción causa en mi persona y en las que me rodean.Según Piaget el desarrollo de la capacidad de razonamiento o cognición se inicia al nacer madurando junto a nuestro organismo, a nuestras emociones, inteligencia y espiritualidad. Imaginemos un niño pobremente alimentado y sin estímulos ¿cómo madurará?La puerta de entrada de los sentidos le permite al niño ir manejando todas las percepciones, primero imitando, luego analizando y posteriormente creando, para entender su entorno.Toda esta capacidad de razonamiento desarrolla nuestra “lógica” habitual y también edifica nuestra capacidad de “abstracción” que es poder seleccionar el pensamiento más importante de un grupo de ideas, como por ejemplo todos esos regalos, cariños y festejos por mi cumpleaños fue porque me quieren.El niño aprende a discernir lo que es real y lo que es fantasía, lo que está bien y lo que está mal, a resolver problemas y a manifestar interés en las relaciones humanas, construyendo así lentamente su “identidad” personal.Para aprender a razonar nuestra mente utiliza un grupo de capacidades, que para entenderlas mejor las estudiaremos por separado, pero en la práctica actúan interconectadas, una de ellas es la “percepción” que es la capacidad para ingresar sensaciones por nuestros sentidos (ojos, oídos, etc.) y transformarlas en una representación que proceso inteligentemente con un significado, por ejemplo veo un perro con mis ojos y esa imagen la transformo en una mascota querible para adoptar.Mientras percibo utilizo todos mis archivos guardados o “memoria”, comparo con experiencias previas y transformo esta nueva experiencia en un nuevo evento histórico, por ejemplo cuando veo un perro es porque busco imágenes de perro en mi memoria con su significado, además busco los conceptos de belleza, los uno en esta percepción y cambio el significado para transformarlo en mi concepto de mascota.La “memoria” es lo que nos hace humanos, con ella guardamos todo el conocimiento adquirido, lo podemos recuperar y utilizar cuando queramos, incluye recordar destrezas motoras como andar en bicicleta o tocar el piano, y también el recuerdo de emociones como el miedo, el amor, el odio o el susto.Con la memoria sumamos permanentemente las nuevas experiencias a las viejas para construir nuevas ideas, lo que nos permitirá adaptarnos mejor a nuestro medio.La “atención” es una función donde focalizo y selecciono lo que me interesa, de entre todos los estímulos que me llegan, por ejemplo si vemos una persona atractiva nos focalizamos en ella, eliminando u obviando lo que está alrededor de ella.La atención nos permite que ante un mundo cargado de estímulos simultáneos, podamos seleccionar y captar con más intensidad aquellos que nos interesan, y aún más importante es que podemos focalizar nuestra atención hacia nuestro mundo interior dirigiendo nuestra mirada hacia adentro, como por ejemplo en la meditación.Otra capacidad importante es el “lenguaje” con el que nos comunicamos combinando símbolos, señales, sonidos y signos gráficos; los símbolos son las letras, que se unen en palabras, luego en frases y oraciones.Nuestro lenguaje se considera el espejo de la mente, diseñado para comunicar un número ilimitado de pensamientos, no hay trabajo mental que el lenguaje no pueda reflejar.Para expresarse a través del lenguaje se combina la memoria, la planificación, el significado de las palabras y la gramática.Todas estas funciones nombradas previamente “percepción, memoria, atención y lenguaje”, junto a otras, trabajan conjuntamente para adaptar nuestro organismo al ambiente, para lograr nuestras metas a corto, mediano y largo plazo, como así también las que trascienden al individuo. A esto le llamamos “inteligencia”.Es por esto que la información que recabamos y disponemos se debe procesar con eficiencia, siendo esta una habilidad que poseemos para usar los medios disponibles, incluidos los conocimientos previos para concretar esas metas, por ejemplo una meta a corto alcance es comer hoy, otra de largo alcance es tener una profesión y una meta trascendental es tratar de entender ¿qué pasa después de la muerte?Todas estas funciones interrelacionadas van a producir la complejidad de nuestro razonamiento o cognición.Colaboración:Bazán J. L. – MédicoDeseo tu opinió[email protected]
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