Estados Unidos ratificó la aplicación desde este jueves de las medidas adoptadas por el presidente Donald Trump para congelar la normalización con Cuba que alcanzó en un momento histórico la gestión de Barack Obama en 2014.Las medidas, anunciadas por el mandatario republicano en junio pasado, incluyen prohibir las transacciones con ciertas entidades gubernamentales de la isla, entre ellas muchos hoteles, y limitaciones de viaje para los estadounidenses.Como ya adelantó Trump en un discurso en junio pasado en Miami en el que anunció los cambios en la política hacia la isla, a partir de ahora estarán prohibidas, excepto para los cruceros y aerolíneas estadounidenses, las transacciones con entidades controladas por los servicios militares, de inteligencia y de seguridad de Cuba.Decenas de hoteles y tiendas en La Habana y otros enclaves turísticos como Varadero están también en la lista, al igual que la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), proyecto estrella de Cuba para captar inversiones que consta de un puerto mercante, terminal de contenedores y un gran centro empresarial con ventajas fiscales.Para evitar un “impacto negativo” en las empresas estadounidenses, podrán seguir adelante los contratos cerrados antes de la publicación de estas nuevas normas, como el reciente de la puertorriqueña Rimco, distribuidora oficial de Caterpillar en el Caribe, para instalarse en la ZEDM.Por otro lado, el gobierno de Trump decidió “simplificar y expandir” la lista de exportaciones permitidas al sector privado cubano sin necesidad de solicitar un permiso especial. En cuanto a los viajes individuales de estadounidenses a la isla, englobados en la categoría llamada “pueblo a pueblo”, aquellos que no tengan “carácter académico” ya no estarán autorizados.No obstante, el viaje se podrá realizar si el interesado compró el billete de avión o hizo su reserva de alojamiento antes del pasado 16 de junio, fecha en la que Trump anunció la nueva política hacia Cuba. Todos esos viajes “pueblo a pueblo” y con fines educativos tendrán que hacerse ahora en grupo y con la compañía de un representante autorizado de la organización estadounidense que los patrocine.Con respecto a la categoría de “viajes de apoyo al pueblo cubano”, Estados Unidos exigirá a partir de ahora que los interesados participen “en un programa de actividades de tiempo completo que impliquen una interacción genuina con individuos” en la isla.Alojarse en una “casa particular”, comer en un “paladar” (restaurante privado) o comprar en tiendas de “cuentapropistas” (pequeños empresarios) siguen siendo acciones que Estados Unidos anima a realizar, pero ya “no es suficiente” para justificar un viaje dentro de esa categoría, según matizó otro funcionario en la conferencia telefónica.Trump prometió durante su campaña electoral endurecer la política hacia Cuba y, aunque no llegó a cortar las relaciones diplomáticas, retomadas bajo el mandato de Obama, sí dejó claro que apoya mantener el embargo económico impuesto hace más de medio siglo a la isla. Las relaciones se tensaron incluso más a raíz de los supuestos ataques acústicos que, según Washington, han causado síntomas físicos a 24 diplomáticos estadounidenses destinados en La Habana, mientras Cuba acusa a Washington de mentir al respecto. (Télam)
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