Señora Directora: Argentina es un país único y además maravilloso, pero durante años quienes fueron responsables de que el país tenga estabilidad y crecimiento para el bienestar de todos sus habitantes, hicieron lo que quisieron sin importarle que la gente sufra o que crezca la pobreza, la cual paralelamente trae inseguridad inexorablemente.Pareciera que “quejarse” se transformó en una suerte de virus que se instaló en nuestra sociedad y, si bien cada uno tiene derecho a hacerlo, eso no quiere decir que ciertos líderes que están al frente de la “supuesta” defensa de los trabajadores impidan el normal desplazamiento de quienes nada tienen que ver con el reclamo y hasta algunos sufren las consecuencias por ese abuso que está penado por ley, pero por lo visto están los que la desobedecen sin problemas.Todos los días suceden marchas, cortes de calles y avenidas o rutas causando inconvenientes diversos por cualquier motivo y en algunos casos hasta por razones sin argumentos sólidos, pero la sociedad sigue esperando que alguien tome cartas en el asunto y ponga en funcionamiento las disposiciones legales que regulen esos actos, algunos con resultados de vandalismo que producen daños importantes perjudicando a terceras personas ajenas a los mismos.Y pensar que hay muchas posibilidades de lograr objetivos remunerados, todo es cuestión de buscar y no esperar a que lo busquen a uno. Tampoco es conformarse con un plan social que no se identifica con la conocida frase “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, porque solamente genera ocio y malas costumbres.Las ayudas económicas deberían estar acompañadas por ciertos trabajos de limpieza, por ejemplo, y por unas horas durante la semana dándole posibilidades a quien quiera cumplir por más tiempo en esas tareas a recibir una mejor remuneración.Pero seguimos en lo mismo y esperando qué, no sabemos y así no surgirán mejoras en el bienestar de la gente que necesita, porque los que están “arriba” o tienen trabajo bien remunerado no toman en cuenta el problema social que se ha instalado en nuestra querida Argentina, tierra fértil que da posibilidades a quien quiera progresar, ¿o me equivoco?Tomo como ejemplo de grandes problemas y necesidades: la India y África, donde miles de seres humanos no comen todos los días y donde las enfermedades están presentes en todo momento; donde la muerte acecha a toda hora; donde los que trabajan deben conformarse con un salario bajísimo y además deben esperar el medio de transporte que utilizan, “el tren”, hasta cinco horas para llegar a destino.Pero acá se prefiere el reclamo permanente, la protesta, el desencuentro, la confrontación liderada por algún pícaro al que no le interesa dialogar y encontrar soluciones pacificas. En la misma política está la llamada “grieta” que impide aportar en bien del país, porque esos protagonistas están bien económicamente y no tienen tiempo para pensar en los que están mal, en los que están sin trabajo, en encontrar fuentes de trabajo, en buscar estabilidad en las discusiones serias y con respeto.Pareciera que las graves crisis que hemos sufrido en el pasado no han servido para que las cosas mejoren y quienes han llegado al poder pensaron en otras cosas y no en mostrar interés en conseguir logros en bien de todos.La Argentina se parece al universo: no tiene fin y por eso se sigue gastando sin límites infinitamente.
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