POSADAS. Una madre que llora al ver a su chiquito gritando y cantando porque acaba de salir campeón. Más allá otro se asoma tímidamente a donde está el resto de sus compañeros con los ojos llorosos, que representan las dos caras de la moneda que tiene el fútbol.
Unos padres que corretean por la cancha junto a los chicos que acaban de ganar la final y hacen propia la alegría del festejo de sus hijos. Rescotado en el alambrado de la cancha de Guaraní, un padre junto al resto de la familia traga saliva y respira hondo para no estallar en llanto ante tanta alegría contenida por ver a nene saltar y abrazarse con los otros integrantes del equipo.
Cabizbajos y con un dejo de tristeza otro grupo se retira del estadio juntos a sus chicos a los que intentan consolar. No es nada. Se perdió un partido de fútbol nada más, se escucha, mientras se retiran en silencio y de manera respetuosa, sin agredir y ni culpar a nadie por la derrota. Estas son las imágenes que nos gustan ver en el fútbol infantil, en donde todos tenemos la responsabilidad de ser espejos de los chicos .
A veces no nos damos cuenta que con estos simples gestos todos podemos considerarnos ganadores, pues una forma de educar es aprender a perder. Felices fiestas para todos.
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