En estos últimos instantes de 2017 es tiempo de renovar la esperanza y de volver a la senda de búsqueda de la felicidad.Dejar atrás el pasado se impone como forma de curar las heridas que deja un año que tuvo de todo. Pero mirar hacia atrás con aplomo y siendo consciente de lo que dejamos y cuánto nos costó, nos prepara para un año que asoma complejo y repleto de oportunidades.
En estos últimos instantes de 2017 es tiempo de renovar la esperanza y de volver a la senda de búsqueda de la felicidad sabiendo que esa condición está en el otro, en el semejante, en el prójimo. Es como el karma que vuelve con cada acto que desarrollamos.
Si miramos hacia atrás en cada instante bueno y malo veremos que fue siempre otro el que nos generó esos momentos. Vuelve a ser necesario que nos busquemos, que encontremos la forma de confiar en el otro y de ganar su confianza. Vuelve a ser necesario renovar la fe en nosotros, en el semejente.
Porque si miramos hacia atrás veremos que se va otro año en el que, aunque siempre los queremos políticos, volvimos a desear que fueran mejores. A la vuelta del año que estamos dejando entendemos que los dirigentes que agitaron la bandera del cambio no estuvieron a la altura de las circunstancias.
Porque no se trata nada más de que quienes abusaron de su posición y se enriquecieron vayan presos. Afuera estamos los que no cometimos actos irregulares y seguimos esperando mejores condiciones de vida.
Por eso y como siempre debimos volver a tener fe en nosotros, en los amigos, en la familia y hasta en los desconocidos que sin pedir algo a cambio nos cambiaron la vida y posibilitaron que esta noche levantemos las copas deseando un mejor porvenir.
Fe en nosotros. En levantarnos cada día con las mejores intenciones, andar por la vida sin quebrar a nadie adrede que para eso ya están otros. Trabajar por uno y para todos. Solo así se hace grande una comunidad.
Que todos sigamos siendo generosos y bondadosos, sin que nuestros gestos nos hagan débiles. Sensibles al contexto y honestos aunque a veces la honestidad lastime. Y si así fuera que entonces fluya el perdón.
Que la confianza no se quiebre. Que el vínculo que nos une prevalezca como sello distintivo de una relación que se erige a diario. Como todos los años, desde que existimos, nosotros volvemos a comprometernos con la equidad y la justicia. La solidaridad y la verdad por sobre cualquier otro valor. Esa es la fórmula que nos permite desarrollarnos durante mas de dos décadas y consolidarnos como líderes periodísticos de la región. Eso y la fe en nuestro trabajo, en su acompañamiento y su elección… fe en nosotros.
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