Una experiencia distinta de viajar hacia el mar o la cordillera. Viedma y Bariloche, los destinos de un recorrido único a través del corazón de Río Negro: la línea Sur, su interior profundo, la esencia misma de la Patagonia.El Tren Patagónico que une Viedma con San Carlos de Bariloche inició esta semana la temporada de viajes veraniegos, con una ocupación del 80% y con pasajes vendidos hasta el 19 de enero, afirmó el presidente de la empresa estatal, Jorge Maljasian.
La formación ferroviaria es elegida año tras año por muchos residentes que utilizan el servicio, junto a turistas que buscan vivir la experiencia de conocer las bellezas naturales que ofrece la región Sur de Río Negro.
El tren es una atractiva propuesta turística para quienes elijen viajar en otra sintonía, sin prisa alguna, disfrutando de cada momento del recorrido. Una vez a bordo, es posible vislumbrar una porción de suelo patagónico que trae rumores de otro tiempo que se pierden en la inmensidad del horizonte.
El convoy se abre paso a lo largo de 850 kilómetros a través de la provincia de Río Negro, recorrido en el que une una docena de localidades. Desde Viedma, la capital provincial, recorre 195 kilómetros hasta San Antonio Oeste, ciudad que se conecta a través de la ruta provincial n° 2 con Las Grutas y las localidades del corredor atlántico rionegrino, extendido a lo largo de la costa del Golfo San Matías.
Poco más allá, se encuentra con Valcheta, un oasis de vegetación que encierra un tesoro de 70 millones de años en el Bosque Petrificado, monumento natural que guarda ejemplares fosilizados de araucarias que le han ganado su batalla al tiempo.
La formación sigue rumbo al oeste, atravesando la inmensidad de la estepa, descubriendo a su paso la increíble y cambiante geografía que regala postales para el recuerdo. Uno tras otro se suceden poblaciones como Nahuel Niyeu, Ramos Mexía, Sierra Colorada, Los Menucos, Maquinchao, Ingeniero Jacobacci, Clemente Onelli, Comallo y Pilcaniyeu.
Desde los cómodos vagones de primera clase o el salón comedor, los pasajeros ven pasar a lo largo del viaje la fauna que habita esta tierra indómita: guanacos, choiques, maras, zorros, ovejas y variedad de aves de rapiña. Pequeñas lagunas transitorias aparecen y desaparecen según la cantidad de precipitaciones en cada estación.
En su camino, el tren descubre la magia de la Meseta de Somuncurá, área natural protegida de gran riqueza geológica, ecológica y paleontológica que contiene además la mayor reserva de agua subterránea de la provincia.
La tarde le da paso a la noche y el tren continúa viaje. Afuera, las estrellas invaden el cielo mientras nos adentramos en el corazón dormido de la Patagonia norte.
Lagos, ríos, cerros, bosques, glaciares dibujan al oeste de Río Negro la compleja fisonomía de San Carlos de Bariloche. Esquí, snowboard y otros deportes blancos en invierno; senderismo, pesca, remo y aventura en verano; y confluencia de actividades en las estaciones intermedias; la Capital Turística de la Patagonia no deja espacio ni tiempo a la indecisión.
Viedma
Moderna ciudad que merece conocerse hasta en sus últimos . Lo ideal es caminar por la ciudad. Uno de los puntos fundamentales es la plaza Alsina, la más antigua y que hoy se encuentra parquizada con especies exóticas, declarada sitio histórico nacional. Ya sobre el ancho río, dos puentes llaman la atención: el puente carretero Basilio Villarino, inaugurado en 1981, y el ferrocarretero cuya estructura de hierro llegó desde Hamburgo.
Bariloche
Excursiones como Circuito Chico y Circuito Grande; paseos lacustres por el Nahuel Huapi; contemplación de increíbles escenas desde el Mirador Atalaya; visita a la cercana y encantadora localidad de Villa La Angostura; Bariloche, con su aspecto de aldea alpina, es tan apasionante durante el día, como seductora durante la noche con sus centros de diversión.
Discussion about this post