El fin del hombre siempre será ir en busca de la felicidad, como si fuera una vasija repleta de oro que se encuentra al final de algún arco iris o bien, pensará que la tenía y la perdió por el camino sin posibilidad de regresar a encontrarla.
Para algunos, la felicidad llegará cuando tengan un auto, una casa, viajen por el mundo o tengan al amor de su vida despertándolos con el desayuno, pero muchas veces esto no ocurre y se sentirán frustrados.
Otros sin embargo tendrán como frase de cabecera: Todo tiempo pasado fue mejor y se aferrarán a recuerdos sin voces y colores, como una película muda que no se cansarán de ver y la volverán a proyectar una y otra vez cuando estén afligidos.
Es así, que siempre pensarán que la felicidad solo se encuentra en los dos extremos de ese camino que deben transitar, en cuya mitad estarán ellos rodeados de deseos y olvidos.
Pero la felicidad, así como otras emociones que nos invaden con frecuencia, muchas veces se manifestará de acuerdo a las decisiones o situaciones que se vayan presentando. Es casi imposible escapar de ello, pero sí se podrá elegir cuánto tiempo vamos a querer que nos acompañen.
Todos estamos expuestos al sufrimiento, pero también tendremos la posibilidad de superar cualquier percance que se manifieste y nos afecte.
Una de las formas para encontrar la felicidad es justamente esa: hacer lo que nos haga felices. Podemos descubrirla de la manera más simple o compleja, todo dependerá de nuestras ambiciones personales, o bien de lo que entendamos por felicidad.
Estas se pueden encontrar en todo lo cotidiano como disfrutar de un amanecer, mirar una buena película o leer un buen libro hasta tarde, aprender a escuchar a los niños, esforzarnos en lo que nos gusta hacer, pensar en algún nuevo proyecto o declarando nuestro amor a esa persona que nos gusta y pensamos que aquel sentimiento pueda ser mutuo.
Por supuesto que esa búsqueda empezará con una decisión y no siempre será fácil, pero hay que intentarlo porque la felicidad no está en todas aquellas cosas que han pasado o en otras que vendrán. Este presente, este instante, es lo único real que nos va pasando, mientras que frente a nuestros ojos estarán pasando diferentes oportunidades.
En otras palabras, siempre debemos hacer lo que deseamos y tengamos ganas, el intentar siempre nos traerá resultados y por sobre todas las cosas estaremos tranquilos con nosotros mismos y no viviremos en la encrucijada del arrepentimiento por no haberlo hecho.
Vivir el presente siempre nos acercará a lo real, pero no viviremos pensando en lo que pudo haber sido y no fue.
Ser prácticos y decididos no nos dará la oportunidad de mirar atrás para convencernos de que los buenos momentos que vivimos en el pasado nunca se podrán recuperar.
Por supuesto que nunca se volverán a repetir porque cada situación es única, pero siempre habrá oportunidades a la vuelta de la esquina, solamente faltará dar el primer paso para ir en busca de lo que deseamos que suceda.
Miremos las cosas que nos pasaron junto a esos deseos que aún no se han concretado, luego acerquemos esos extremos hasta donde nos encontramos ahora.
Es así que nos daremos cuenta que tanto el pasado como el futuro, siempre compartirán nuestro presente para mostrarnos que en realidad no existen.
A partir de este cenit nacerá todo aquello que nos gusta y nos hace bien. Nos ayudará a encontrar un motivo y un sentido a este presente.
La felicidad no está afuera, ni tampoco es esquiva, simplemente a veces está tan cerca que no la vemos, incluso, en muchas ocasiones la hacemos a un lado para mirar más allá.
Discussion about this post