Jorge Luis Lavalle – Posadas (Misiones) Señora Directora: Días atrás, cuando volvía de la playa, tuve un percance apenas cruzamos por la balsa en San Javier. Estaba con toda mi familia, cansadísima por el viaje. El auto se detuvo por un problema en la caja de cambios en la primera curva después de la salida del puesto de frontera.
Empecé a ver si lo podía solucionar, mientras llamábamos al seguro para que nos mande una grúa. Todos los que pasaban paraban a preguntar cómo nos podían ayudar, era muy notable la solidaridad de la gente del pueblo. Un vecino pasó en su moto y ofreció traer un mecánico, como no lo encontró fue a buscar a otro. Julián, que vive en la casa de la esquina, se acercó con dos botellas de hielo y nos invitó a su casa a tomar tereré.
Otro vecino pasó en su auto y nos preguntó si podía ayudarnos, le pedí que mandara un remís para llevar a mis hijas a la terminal, porque la grúa no lleva menores, entonces me dice que él las iba a venir a buscar. Dejó a sus acompañantes y volvió, trayendo una botella de agua fría para mí que me quedaba en el auto.
Después que se fueron volvió el hombre de la moto, con dos muchachos que sabían de mecánica. En 10 minutos solucionaron mi problema y pude ir a la terminal a buscar a mi gente para que volviéramos todos en el auto.
Lamento haber estado nervioso y algo preocupado, también tenía poco dinero y pensé que tal vez podía tener otro percance, pero creo que lo que le dí en agradecimiento fue muy poco. Ellos no habían querido cobrarme nada, pero igualmente le di unos pesos que sin dudas no alcanzan a pagar el favor que me hicieron.
Estoy muy agradecido por la solidaridad de la gente de mi provincia, especialmente la del interior, que no duda en acercarse a preguntar: ¿En que le puedo ayudar? o ni siquiera preguntan y se acercan con cosas que saben que hacen falta en nuestras siestas calurosas.
Estoy muy agradecido por vivir en Misiones y poder sentir toda la inmensa humanidad de su gente.
Un gran saludo a todos.
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