De las múltiples reacciones que tiene nuestro rostro ante los efectos nocivos del sol, una de los más comunes es el envejecimiento de la piel o fotoenvejecimiento.
Recordemos que el colágeno es el tejido de sostén de la piel, que se rompe por la radiación UV-B, por oxidación o por falta de hidratación, lo que produce arrugas y acentuación de las llamadas líneas de expresión.
En este sentido es recomendable recurrir igualmente a los beneficios que nos aportan sustancias naturales que, como el ácido hialurónico, el aloe vera, el castaño de Indias, el bisabolol o la caléndula, han demostrado acelerar la regeneración cutánea y la síntesis de nuevo colágeno, aumentar de forma significativa la hidratación o protegerla de la oxidación y otros agentes externos.
El uso de técnicas de radiofrecuencia ha demostrado tener un efecto sinérgico en cuanto al efecto antiedad y a la penetración de principios activos. En caso de optarse por esta alternativa, es imprescindible hacerlo en centros certificados para tal fin y así asegurar nuestra salud, ya que un uso incorrecto puede causar, incluso, quemaduras.
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