El lamentable desinterés de estamentos del Estado ante los casos desesperantes de dos discapacitadas misioneras.La historia de padecimientos de Yésica Scheffer (14), con escoliosis severa que le provocó la desviación total de la columna; como la de Sandra Rocha (25) con discapacidad motriz en las piernas y un brazo que la obliga a arrastrarse para movilizarse por no contar con una silla de ruedas; debería conmover no solo a la opinión pública, sino especialmente a las autoridades provinciales y de San Vicente.
Como medio de comunicación, este Diario a partir del relevamiento de dirigentes del PAyS puede dar visibilidad a un abandono estatal de años pero la solución debe llegar desde las distintas áreas burocráticas del Estado que dicen trabajar por la salud, la discapacidad y el bienestar social de quienes no pueden valerse por sus propios medios y tienen, como en este caso particular, una vida por delante.
Lo grave del caso es que las familias han requerido asistencia en la Municipalidad, pero se sintieron ignoradas por quienes tienen la responsabilidad de atender y dar respuestas. Si Acción Social de San Vicente no contaba con recursos, bien podría el intendente Waldomiro Dos Santos haber gestionado con los ministros o el Vicegobernador ayuda provincial.
Aun si Dos Santos no tiene el teléfono de los funcionarios o no se anima a pedirles ayuda para las familias de su municipio, está su esposa Cristina Novoa, que es legisladora provincial oficialista y también pudo activar la asistencia.
Es evidente que el desinterés terminó en una ausencia oficial injustificada. Especialmente cuando se llega tarde hasta para un tratamiento que no provoque tanto padecimiento en esas dos mujeres misioneras.
No cabe en la razón de nadie que no se pueda conseguir una silla de ruedas para facilitarle el día a día a Yesica y a Sandra.
Seguramente serán los vecinos de buena voluntad o las organizaciones como ACTIM los que llevarán las soluciones que San Vicente no les pudo dar.
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