Seis amigas de Karen Arroyo (20) enviaron a PRIMERA EDICIÓN y en exclusiva una carta de despedida. Se suman los crudos testimonios mientras los parientes de los fallecidos en el choque fatal avanzan con los trámites para recuperar los cuerpos.El día después. Una frase que para muchos signifique la continuidad de una noticia. Para los familiares de los diez fallecidos en la tragedia de Fachinal no existe un día después. La pena será para siempre, eterna.
Fue tras el choque frontal seguido de incendio entre un Peugeot 307 y una camioneta Renault Duster, el domingo a la siesta en la ruta nacional 105. Nadie sobrevivió.
En el auto viajaban Omar Altamirano (conductor, domiciliado en la localidad pampeana de General Pico), Mirian Mariela Starkievich (35) y sus hijos Evelyn Karina (12), Priscila (7) y Dilan (2), todos de Aristóbulo del Valle. En la Duster viajaban David Arroyo Arancibia (57), Mirian Viviana Wadzewiecz (46), Karen Maylen Arroyo (20), Santiago David Arroyo (9) -todos ellos domiciliados en Eldorado- y Lucas Tomas Leguizamón, de 19 años y radicado en Mar del Plata.
Tal como publicó en exclusiva este Diario, los primeros regresaban a Misiones para tramitar el divorcio de Mirian, quien comenzaba una nueva vida junto a su actual pareja, Omar Altamirano.
En la camioneta, el pastor Arroyo Arancibia y su esposa, Mirian Wadzewiecz (quien era directora del Instituto Adventista de Eldorado), trasladaban a su hija Karen a la universidad de Entre Ríos donde cursaba psicología. Leguizamón, sobrino de la pareja, regresaba a Mar del Plata tras unas breves vacaciones. La muerte los sorprendió en la ruta.
Ahora sus parientes reclaman sus cuerpos, que quedaron carbonizados. La Justicia aguarda obtener placas dentales y ADN -de ser posible- para futuros cotejos, con el objetivo de identificarlos fehacientemente. Mientras tanto, los restos continuarán en la Morgue Judicial de Posadas.
Eran como sus tres angelitos
Graciela Altamirano, hermana de Omar, quien es uno de los fallecidos en Fachinal, dijo anoche a PRIMERA EDICIÓN que estoy viajando a Posadas para realizar los trámites de rigor tras el fallecimiento de mi hermano menor. Un hombre de trabajo, encargado de un matadero, donde era jefe y tenía muchos empleados a su cargo. El consideraba a los hijos de Mirian como sus tres angelitos y que se integraron a nuestra familia recientemente. Además, tenía otros cuatro hijos de un matrimonio anterior. Estaba muy contento con esta nueva vida y con su nueva pareja.
Por su parte, Claudia Starkievich, hermana de Mirian (fallecida en el hecho), afirmó a este Diario que el deseo de su familia es que el velatorio de mi hermana y sus hijos se realice en Aristóbulo del Valle. Mi padre se enteró de lo ocurrido esta mañana (por ayer). Mis padres están destrozados. Nosotros éramos ocho hermanos, de la cual Mirian era la cuarta.
“Vamos a recordar todo lo bueno que nos enseñó”
Durante la noche del lunes, unas 400 personas elevaron una oración por el fallecimiento del pastor David Arroyo Arancibia, su esposa; Mirian Viviana Wadzewiecz, sus hijos Karen Maylen, Santiago David y el sobrino de Mirian, Lucas Tomás Leguizamón, fallecidos en la tragedia de Fachinal.
La ceremonia se realizó cerca de las 19 en el auditórium del Instituto Adventista Eldorado, donde Mirian era directora.
Durante el culto, amigos y conocidos de la familia expresaron su afecto y dolor. Queremos darle la despedida a personas muy queridas para nosotros. Queremos que quede el mensaje de Mirian y de David, que es un mensaje de esperanza y paz, manifestó uno de los oradores.
Entre canto y oración, los presentes dieron su último adiós a la familia Arroyo-Wadzewiecz. De esta manera despedimos al pastor David y a su familia. Vamos a recordar todo lo bueno que nos enseñó, dijo uno de los presentes.
Marcelo Javier Córdoba, integrante de la comisión directiva del establecimiento contó a PRIMERA EDICIÓN la iglesia convocó a un ayudo y elevación de oración para el sábado. La esposa era directora del instituto, la comunidad adventista está muy lastimada.
“No sabemos cómo vamos a seguir sin vos”
Esta es la carta de despedida de las amigas de Karen Maylen Arroyo:
“Karenchu
Qué difícil escribirte por acá, cuando hasta hace unas horas estábamos hablando todas por el grupo de Whatsapp. No hay palabras para describir el dolor de perder una amiga, sobre todo si se trata de una de tu talla. Llevabas impregnada en la piel la alegría de vivir. Tu lema principal era quiero hacer reír a la gente y sin lugar a duda lo conseguías. No te querías perder ningún atardecer. Sacarle fotos a las flores era algo que te encantaba; amabas la simpleza de la vida: loca del cielo, de las fotos, de las mandalas, de la naturaleza y los mates bien amargos.
Más que una amiga eras una hermana para todas. Gracias a vos nos conocimos las siete. Fue organizando tu fiesta sorpresa de cumpleaños número 20, sin saber que iba a ser el último que íbamos a tenerte físicamente. Unías a la gente con tanta naturalidad. Y así nos convertiste en una familia.
Corrías cuando alguna estaba mal, y no te ibas hasta haberle sacado una sonrisa. De lo contrario nos pegabas un buen reto o por qué no un soplamoco (tongo-golpecito) como vos lo llamabas, para levantar los ánimos y que nos olvidemos del drama. Tu humor negro nos salvó más de una vez.
No sabemos cómo vamos a seguir sin vos, ni entendemos por qué te fuiste así de rápido amiga. Pero entre todas estamos tratando de darnos fuerzas, como vos nos enseñaste y como podemos. Sin dudas, estamos destrozadas y ya no vamos a volver a ser las mismas. Tenemos los ojos en compota de tanto llorar, pero al mismo tiempo estamos felices y agradecidas de haberte conocido. Nos fortalece la esperanza de saber que cuando Jesús venga por segunda vez nos vamos a fundir en un abrazo todas juntas y nunca más nos vamos a separar.
Te vamos a extrañar hermana. Te amamos profundamente.
Flor, Zaira, Tami, Fanny, Flor y Brenda”.
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