El esposo de la reina Margarita falleció a los 83 años tras haber sido hospitalizado a finales de enero, informó este miércoles la Casa Real danesa.“Su alteza real el príncipe Enrique falleció a las 23.18 del martes 13 de febrero en el castillo de Fredensborg”, residencia de primavera y otoño de la familia real situada al norte de Copenhague y a la que había sido trasladado desde el hospital, según el comunicado divulgado de forma oficial y citado por la agencia de noticias EFE.
Debido al grave empeoramiento de la salud de su padre, el príncipe heredero, Federico de Dinamarca, suspendió la semana pasada su viaje por Corea del Sur, adonde había viajado para asistir a los Juegos Olímpicos de Invierno, para acompañar a Enrique en su lecho de muerte junto a su madre y su hermano Joaquín.
A Enrique se le había detectado en septiembre demencia senil, un diagnóstico que fue hecho público después de originar una polémica por los ataques que lanzó contra su esposa en medios daneses.
Nacido en Francia en 1934, Enrique nunca ocultó sus puntos de vista personales sobre la realeza, especialmente sus aspiraciones a un título de mayor prominencia, y durante su matrimonio con Margarita, el príncipe consorte batalló reiteradamente contra los límites de su título, definido por la ley como esposo de la reina y no un monarca de pleno derecho.
Nacido con el nombre de conde Henri Marie Jean André de Laborde de Monpezat, conoció en 1965 a la princesa heredera danesa en Londres, donde ella estudiaba y él revistaba en el cuerpo diplomático de la embajada francesa.
Al contraer matrimonio con ella en 1967, se convirtió al luteranismo y adoptó el nombre de Enrique. Ella ascendió al trono en 1972.
Con el paso de los años, el príncipe no ocultó que deseaba un rol y un título más importantes, pese a que esto no era posible bajo la Constitución danesa, que claramente establece que la reina es la monarca.
En algunas entrevistas dijo que prefería ser conocido como el “rey” y también llegó nuevamente a los titulares de la prensa en 2002, cuando se mostró disconforme al quedar tercero en la línea de sucesión al trono detrás de su hijo Federico.
La pareja real celebró su aniversario de bodas de oro de forma privada en 2017. Ese año, causó sorpresa cuando Enrique anunció que no sería enterrado en la Catedral Roskilde junto a la reina en un sarcófago especial, lo que fue visto como un quiebre de la tradición.
La reina, por su parte, dijo que no cambiaría sus planes funerarios. Sin embargo, el palacio afirmó que él deseaba ser enterrado en Dinamarca, reseñó la agencia de noticias DPA.
Al mes siguiente, la casa real anunció que el príncipe sufría demencia. Enrique abandonó la mayoría de sus tareas públicas ya en 2016, incluyendo el título de príncipe consorte.
Fuente: Agencia de Noticias Télam
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