Rubén Emilio García – Posadas (Misiones) Señora Directora: Detuvieron a los ex intendentes de Perugorría (Corrientes), Angelina Leisieux y Jorge Corona, inculpados por desviar fondos del Estado. Ambos fueron acusados de asociación ilícita, pues la Justicia encontró pruebas de que hicieron uso del erario público que debían bien manejar, para la compra de electrodomésticos para uso particular. Insignificancia si se compara con el desvío de 45 millones de pesos destinados a la obra pública.
Esto es así, porque estos dos sujetos no culminaron con la construcción de viviendas destinadas a habitantes de pocos recursos, al contrario, entregaron casas a humildes vecinos sin los servicios básicos y sin puertas ni ventanas. Para peor, estos, debieron enfrentar gastos con el poco dinero de sus bolsillos y convertir esas construcciones paupérrimas en hogares mínimamente dignos.
La pareja se fue de vacaciones y en su cuenta de Twitter dejaron un mensaje inmoral: “Estamos en Cancún, besitos”.
Por estos miserables, la miseria en nuestro país es desoladora; después de 32 años de la democracia reconquistada, el UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la infancia) revela una triste realidad: el 30% de los chicos argentinos son pobres. (3 de cada 10), coincidente con los números que da la UCA (Universidad Católica Argentina, la universidad del Papa Francisco). La cifra estremece, pues son 4 millones de seres humanos entre recién nacidos y los 17 años de edad que sufren esta despiadada humillación. No es todo, un millón y medio de ellos no recibe la Asignación Universal, y sus padres, el lumpen de los marginados sociales, se debaten entre el límite de conseguir trabajo o delinquir.
Este real presente, es una vergüenza en el país de las vacas y los cereales que supo alguna vez ser considerado el granero del mundo. Y al revés de la trama, algunos se jactan de que producimos alimentos para abastecer a más de trescientos millones de habitantes. Entonces, ¿dónde está la distribución equitativa de los medios de producción, por lo menos en el rubro de alimentos? Y en la paradoja del dolor se concluye: que en la situación de miseria de estos compatriotas, los miserables de los políticos corruptos se enriquecen.
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