Cuando la piel se reseca pierde sus cualidades elásticas y se contrae alrededor de los folículos pilosos y de las glándulas sudoríparas. En el interior de la red sanguínea circula agua cuyo papel es transportar todos los elementos necesarios para la piel y sus células.
El aporte externo de agua es prácticamente imposible dado que la piel es impermeable en un 90%. El agua proviene del interior del cuerpo a través del líquido y de los alimentos.
Múltiples factores pueden provocar la deshidratación de la piel produciendo un resecamiento de las capas superficiales de la epidermis. Bueno, un factor obedece al orden fisiológico como el envejecimiento genético y otro pertenece a factores externos como uso de detergentes, la polución, el tabaco, los malos hábitos alimenticios, no beber agua suficiente, agentes climáticos como el sol, el viento, el frío, etc. También enfermedades relacionados con la queratinización como la psoriasis.
Si pensamos en cuáles son las causas de la deshidratación tenemos que nombrar la exposición prolongada al sol, la falta de líquidos, adelgazamiento rápido e incontrolado, alteraciones del metabolismo y de las hormonas.
Recordemos amiga que muchas personas heredan ese tipo de piel, con poros minúsculos y piel delicada.
Cada día, la piel genera una capa de células muertas en la superficie e impide que la hidratación se realice correctamente, por eso siempre antes de colocar los activos realizamos una dermoabración.
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