Quizás lo que más nos cueste en nuestro camino interno es la aceptación de la incertidumbre. Desha-cernos de ideas y conceptos preestablecidos, juicios y limitaciones es un proceso.
Comenzar a trabajar con el vacío dentro nuestro, el vacío mental que se genera entre respiración y respiración nos lleva a un mundo nuevo, sin estructura, un mundo interno. Entrenar la mente para la observación es un proceso en el cual nos vamos desprendiendo de conceptos previos. Al aquietarse la mente queda sin expectativas pero Alerta y expectante. Para poder comprender esto podemos comparar la experiencia de una mente que observa, con la de alguien que sentado en su casa, recibe a varios huéspedes que vienen a visitarlo sin haber sido convocados. Los huéspedes son los estados mentales, la mente es el observador, el anfitrión.
Ahora bien
Los visitantes o huéspedes siempre quieren algo del anfitrión, pero éste simplemente se limita a saludarlos uno a uno, amablemente constata su presencia y los deja libres. No permite que lo impliquen en sus asuntos, permanece en su puesto sin moverse. ¿Qué pasa con los huéspedes entonces? Al no encontrar sitio para quedarse, se van yendo uno a uno. El observador, repitiendo esta experiencia una y otra vez, aprende a conocer la propia mente y sus estados. De esta manera la mente del observador va adquiriendo apertura, flexibilidad y paciencia. Comienza a estar presente y abierta a cualquier cosa que pueda aparecer, está atenta y vigilante.
Cuando practicamos la observación sin juzgar y desde el vacío, comenzamos a liberarnos del conocimiento previo, de cualquier expectativa adquirida y se abre así la capacidad de percibir la realidad tal cual es. Como si fuera la primera vez que la vemos. Libre, libre de estructuras y condicionamientos.
Todo se mira con ojos nuevos, con ojos de principiantes.
Esta actitud de inocencia de niños nos permite descubrir las cosas que antes no se nos habían revelado, pues hasta ese momento nos acercábamos a la vida predispuestos a percibir solo aquello que esperábamos. Observa, observa simplemente con una mirada nueva, una mirada inocente y abierto a lo que es.
Simplemente observa y aprende de ti mismo.
Colabora
Patricia Couceiro
Consteladora
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