María Esther cobra la Asignación por Madre de 7 hijos pero ni siquiera con las changas que hacen los de 17 y 19 años les alcanza para vivir. Los más chicos quieren ir a clases pero algunos no tendrán esa “suerte”.Vivir como se pueda, con pocos ingresos, es un problema que afecta a miles de misioneros. Conseguir dinero para comer, vestirse, educarse, o lo necesario para tener una vida digna se complejiza aún más cuando se trata de una familia numerosa. Si bien el Estado garantiza aportes sociales a familias de escasos recursos, a veces ni siquiera eso alcanza.
En ese cuadro de vulnerabilidad económica se encuentra una madre de la ciudad de Oberá. Ella tiene diez hijos y este año deberá hacer una difícil elección, solo algunos de ellos podrán asistir a clases. Si bien la educación es obligatoria, María Esther C. dio sus argumentos acerca de por qué deberá sortear quien de sus chicos será el afortunado.
Las edades de sus hijos van desde un bebé, a un adolescente de 19 años. Son 5 varones y 5 nenas. Ella solo cobra la Asignación por madre de 7 hijos, que son poco más de 4 mil pesos.
Más allá de la voluntad y el esmero, de su casa humilde y muy limpia, ni siquiera con las changas que hacen sus hijos mayores logra juntar el dinero para comprar elementos para mandar a todos sus hijos a la escuela.
No sé a quién mandar porque de los escolares, debo sortear quién va a la escuela este año, porque aunque ellos quieren estudiar, no me alcanza. Cobro y compro mercadería del mes, pago luz y agua y ya no queda para ropa, calzados y ni hablar de pagar la inscripción, dijo la humilde mujer que habita en calle 2 del Barrio Norte, al portal obereño Meridiano 55.
Hago porotos, lenteja que compro al por mayor para todo el mes. A veces falta harina, pero me las arreglo. Hago empanadas los fines de semana y las vendo para juntar algo más, comentó.
Su casa es pequeña, un sector de 4×4 metros que le construyó la Municipalidad, más allá de otros añadidos que ella y sus hijos mayores levantaron, como ser un sector hecho de machimbres que tiene mucha humedad.
Van a la escuela la de 8, de 6, de 5 y ahora empieza la de 4. Los que terminaron la primaria quieren ir a la secundaria pero no tengo cómo hacerlo. Explicó que le dijeron que la AUH no es compatible con la Asignación por madre de 7 hijos, así que no puede obtener otra ayuda. El de 17 y el de 19 hacen changas, pero los otros son muy chicos todavía y me ayudan en casa nomás, indicó al sitio de noticias de la Zona Centro.
Comentó además que está separada. El progenitor de sus hijos es un padre ausente, tiene problemas con el alcohol y es una persona violenta.
Yo no quiero pedir, pero ahora los útiles y calzados son necesarios. Los chicos calzan 34, 30 y 25. Subrayó que el bebé más chico tiene un año y medio. Toma una leche que como todo, también le cuesta conseguir.
Los chicos asistían todos los días a almorzar al comedor Santa Rosa, pero para complicar aún más la situación, fue cerrado. Posteriormente el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), abrió uno pero solamente está activo una vez por semana.
Las críticas de muchos sobre esta señora humilde con diez hijos podrán aparecer a borbotones. Lo cierto es que el día que ella tenga que sortear quiénes de sus hijos deberán quedarse en casa, no habrá ninguno de esos críticos tratando de consolar a los niños, que seguramente no entienden por qué son pobres y por qué su mamá no puede mandarlos a clases. Si alguien los ayuda, con educación, más rápido podrán salir de ese círculo de carencias del que María Esther no pudo salir.
Los interesados en aportar alguna ayuda pueden comunicarse con el teléfono de María Esther (03755-315049), con el de PRIMERA EDICIÓN (0376-4420407( o a través de un mensaje directo en el perfil de Facebook de este Diario.
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