La ciencia ha demostrado que quienes se han dedicado a cultivar su fuerza de voluntad, han invertido en su educación y en su felicidad.A todos nos pasa que en algún momento deseamos comprometernos con la actividad física o prestar más atención a nuestra alimentación, pero al poco tiempo de iniciar perdemos el incentivo o nos vamos olvidando de las metas que nos planteamos.
Para nuestro cerebro, incorporar nuevos hábitos se convierte en algo agotador, por lo que -para obtener resultados duraderos en el tiempo, debemos entrenar nuestra VOLUNTAD.
Un estudio de la Universidad de Chicago -realizado por el psicólogo Wilhelm Hofmann (2001) demostró que cuando las personas ceden a un deseo o impulso lo ejecutan aproximadamente el 70% de las veces, mientras que cuando se resisten los ejecutan solo el 17%.
Es decir, tener voluntad frena más del 80% de los impulsos no deseados.
La ausencia de voluntad hace que cuando tengamos que tomar una decisión nos pueda lo inmediato, que pensemos únicamente en los beneficios presentes y no tengamos en cuenta las consecuencias o no veamos más allá. Nos hacemos esclavos de nuestros instintos y dejamos de ser libres porque la mente sin voluntad se anula en la acción, argumenta Marta Romo, autora de Entrena tu cerebro.
Algunos tips para entrenar nuestra voluntad
1- Buscar objetivos claros: formularnos nuestros desafíos de la manera más sencilla posible
2- Prestar atención: estar atentos a nuestras conductas, a veces hacemos tantas cosas a la vez o sin hacer nada, nuestros pensamientos están en tantos lugares que no somos capaces de registrar nuestras conductas más básicas como ¿qué estoy comiendo?, ¿cuánta agua tomé hoy?
3- Carga tus baterías de voluntad: La fuerza de voluntad se consume al usarla, el descanso y la glucosa, como hemos visto ayudan. Menuda paradoja: para no comer se necesita voluntad, pero para tener voluntad se necesita comer (glucosa). Para cargar tus baterías, toma muy en serio la alimentación, el sueño, la actividad meditativa y no hacer nada.
4- Buscar una motivación o objetivo realizable: tener metas u objetivos reales nos puede ayudar a mantener intacta nuestra voluntad o -si nos salimos-, volver rápido a donde nos interesa. Metas realizables, ya que a veces al ser casi imposibles los objetivos planteados nos frustramos rápidamente y perdemos todo el entusiasmo.
5- Aceptar nuestras debilidades: no sentirnos culpables, trastabillar no es un fracaso. Salir rápido de esa sensación nos da más fuerza en nuestros objetivos.
Sin duda, la voluntad puede ayudarnos en conductas, decisiones y elecciones que tomemos día a día, estás a tiempo la podemos ¡entrenar!
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