Fue trasladada inconsciente al Madariaga y allí intervino la Policía. Al acudir al lugar del hecho, hallaron a menores compartiendo bebidas. Clausuraron las instalaciones. La madre de la víctima radicó la denuncia.Un llamado al 911 alertó a la Policía sobre la presencia de una menor de quince años aparentemente abusada en el área de Emergencias del hospital Ramón Madariaga.
Al mismo tiempo, se requería la presencia de la fuerza en un club deportivo en las afueras de Posadas, donde se realizaba una fiesta o tradicional tercer tiempo tras un torneo reducido de rugby, donde al parecer la situación se salió de control. Poco después se supo que ambos episodios estaban relacionados.
Por jurisdicción intervinieron efectivos de la Comisaría de la Mujer Zona Oeste y de la seccional decimotercera de la UR-I, quienes concurrieron a la sede de la institución deportiva con personal de la División Comando Radioeléctrico Oeste, en virtud de que habría un descomunal desorden con presencia de menores.
Cuando llegaron al club, sobre la avenida Jauretche casi Santa Cruz, de Posadas, los efectivos detectaron menores compartiendo bebidas alcohólicas, lo que motivó la posterior clausura del local.
En base a investigaciones se pudo saber que la adolescente habría sido agredida sexualmente en el marco de dicho tercer tiempo.
Según las averiguaciones y testimonios que obtuvieron los pesquisas, uno de los asistentes a esa celebración deportiva no supo reprimir sus bajos instintos y habría manoseado a la víctima, siempre según el parte de la Jefatura de Policía.
Los investigadores tomaron contacto con quien dijo ser el responsable del club. Éste les informó que se estaba desarrollando un denominado tercer tiempo.
Cuando le requirieron la habilitación para realizar la fiesta, dijo no poseerla, por lo que se procedió al secuestro de un caja con vales de combo de venta de bebidas, quince packs de latas de cerveza; cinco packs de gaseosa de 2,25 litros; 16 botellas de fernet de un litro; 265 latas sueltas de cerveza; 29 botellas de agua saborizada y además cinco parlantes, dos ecualizadores, una consola y cuatro luces móviles.
Paralelamente, los padres de la víctima fueron informados de lo que sucedía y raudamente la trasladaron al centro asistencial y luego radicaron formalmente la denuncia por abuso simple.
La causa fue puesta a consideración del Juzgado de Instrucción 7 de Posadas.
Fuera de control
Cuando los patrulleros llegaron al lugar se toparon con que muchas personas invadían la cinta asfáltica en cercanías al club, consumiendo bebidas con botellas y conservadoras y en su interior otras tantas, entre ellos menores, además de música a alto volumen.
A todo esto, se supo que antes de que la menor fuera hospitalizada hubo un cruce entre el supuesto abusador y un joven que salió en defensa de la chica.
Las actuaciones se llevaron adelante en base a la posible infracción a la Ley XIV número 5 Artículo 64.
Por su parte, personal de la Municipalidad de Posadas de la Oficina de Calidad de Vida confeccionó un acta por infracción al Código de Nocturnidad.
Se procedió a colocar las fajas de clausura y se instruyó al personal de la Comisaría de la Mujer Oeste para que verifique el estado de la menor internada que motivó las actuaciones.
La adolescente en cuestión, tras ser examinada por los médicos regresó a su hogar y se retiró del lugar en compañía de su madre.
El juez de Paz Local dispuso que se le notifique la instrucción de la causa al presidente del club donde ocurrieron los hechos.
Creen que la jovencita podría haber sido dopada con un trago
La chica que asistió a la fiesta y terminó hospitalizada podría haber sido dopada con un trago que le habrían convidado, según consignaron fuentes del caso.
En la noche del sábado los padres llevaron a su hija y sus cinco amigas (también de quince años) hasta las instalaciones del club donde se realizaría la fiesta desde las 20 hasta la 0.30. Una vez allí, las amigas se separaron cada una con sus supuestos novios.
Horas después, y mientras los progenitores se encontraban en su domicilio, recibieron un llamado de una de las amigas, donde les alertaban de que su hija estaba desmayada sin saber qué le había pasado.
Velozmente se trasladaron al lugar y la encontraron sentada en una silla. Con la ayuda de tres chicos la subieron a un automóvil y se dispusieron a llevarla hasta el hospital. La madre la revisó y no notó nada anormal.
En un momento del trayecto, la jovencita habría reaccionado y contado que un viejo la había manoseado, pero no se acordaba dónde, y que un amigo suyo quiso defenderla pero fue empujado por el sujeto.
Al parecer, balbuceando le dijo también que le dieron de tomar algo. En ese momento, una de las amigas habría agregado que una chica estaba ofreciendo un vaso de tequila que nadie quería tomar, pero sí lo hizo la joven. Fue después de eso cuando notaron que ella estaba mal, pero no pudieron afirmar si el trago tenía algo o fue que había bebido mucho.
Cuando llegaron al Madariaga, ante la pregunta del médico, la chica habría reiterado que había tomado algo que no sabía lo que era y que un señor viejo la había manoseado, conforme a los testimonios que recabó la Policía.
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