Luego de más de dos semanas, finalmente se pudo instalar una nueva bomba de extracción de agua potable del principal pozo perforado del barrio obereño.La vía de sustento del servicio alcanza a muchas familias residentes en el populoso barrio. Durante los días del inconveniente, el servicio se cumplió con los camiones cisternas locales.
La situación de faltante del líquido vital desató un profundo conflicto entre los vecinos y el Gobierno municipal, por lo que en la mañana de ayer, el propio intendente, Carlos Fernández, evaluó los alcances del trabajo de instalación y debió enfrentar cuestionamientos de algunas familias, mientras los operarios de la Comuna instalaban la nueva infraestructura.
La bomba llegó a Oberá el domingo, ayer se estuvo probando. Es de 25 HP, que no había en el país, por eso la demora. Tiene un peso de 6.000 kilos, por eso la grúa que también se debe alquilar. El costo de inversión aproximado ronda los 300 mil pesos, dijo el intendente.
Se trata de uno de los tantos sectores a los que no llega la red de agua potable de la cooperativa, por lo que dependen del servicio municipal.
Tenemos que renovar la red, porque se pierde mucha agua. El conflicto es porque hay gente que no entiende, se puso a disposición todos los camiones, los empleados temen por su seguridad para ingresar al barrio. Pero se llegó a la solución. La gran mayoría comprende que desde el primer día trabajamos en el tema. Muchas veces escapa a las intenciones que tenemos, dijo Fernández.
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