Soledad Barrios charló con PRIMERA EDICIÓN sobre su tarea diaria. La kinesióloga ayuda a pacientes con Alzheimer.
La kinesiología no está solo a disposición de una torcedura de pies, dolores de espalda o un mal movimiento. Va más allá. Soledad Barrios es kinesióloga y su especialidad es el tratamiento de personas con Alzheimer, una tarea que ayuda a mejorar la calidad de vida del paciente.
El kinesiólogo tiene un papel fundamental: acompañar a la familia en el tratamiento. Si bien no hay mejora en la enfermedad ni vamos a curar, porque el Alzheimer no tiene cura, se le da calidad de vida al paciente. Se trabaja en la parte de movilidad, respiratoria, cuando el paciente está postrado se cuida sus posturas, que no tengan escaras y la higiene, indicó la profesional.
¿Qué tipo de actividades se realizan?
Se trabaja en la movilidad articular, en la marcha, en una buena cadencia. Se realizan técnicas de respiración porque cuando tienen menor movilidad se empiezan a acumular secreciones a nivel respiratorio porque su caja torácica no se expande como lo hace la de una persona sana, explicó la kinesióloga.
Además, en determinados casos, se pueden hacer juegos de memoria, yo trabajo mucho con colores, activo la parte neuronal haciendo actividades como el memotest, mandalas o crucigramas. Esto también incluye el tratamiento y depende de la persona, agregó.
Se puede iniciar con kinesiología desde el diagnóstico de la enfermedad y mientras más temprano mejor, indicó Barrios.
El papel del kinesiólogo es mejorar la calidad de vida. Hago hincapié en esto porque no curamos pero sí se los puede ayudar a tener un control del sistema respiratorio, de movilidad, articular. El paciente con Alzheimer llega al deterioro, pero hay que tratar que llegue de la mejor manera posible.
En este punto la prevención cumple un rol fundamental. En todas las personas. Hay que cuidar nuestros cuerpos porque tenemos que vivir con él toda la vida. Nos guste o no, lo tenemos que cuidar. Porque es el que nos va a responder de acuerdo al trato que le hemos dado. Entonces, la calidad de vida es importante, la alimentación, la actividad física, destacó. Si bien esto no evita sufrir Alzheimer porque si se tiene la predisposición genética se va a tener Alzheimer, sí reconoció que el paciente que se cuidó durante toda su vida llega mejor. Se nota aquellos pacientes que se cuidaron. Se nota y mucho la diferencia. La prevención para la calidad de vida no evita la enfermedad pero se puede llegar un poco mejor.
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