A los 90 años falleció esta mañana en el Hospital Militar. Fue presidente de facto durante 1982 y 1983. Gozaba de prisión domiciliaria.
Murió este miércoles el último dictador argentino, el exmilitar Reynaldo Benito Antonio Bignone (1982-1983), que añadió en 2017 una nueva condena a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad ocurridos contra seis soldados que realizaban servicio militar obligatorio durante su Gobierno.
Estaba internado en el Hospital Militar y falleció esta mañana.
Bignone, que había nacido en Morón el 21 de enero de 1928 fue un exmilitar argentino y dictador que fue presidente (el decimotercero de facto) de Argentina entre el 1 de julio de 1982 y el 10 de diciembre de 1983, dependiente de la última Junta militar de la dictadura cívico-militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional.
Fue el único presidente de facto de la dictadura que no integró la junta militar que tenía el mando supremo.
El 10 de diciembre de 1983 le entregó el mando al presidente Raúl Ricardo Alfonsín, ganador de las elecciones democráticas realizadas dos meses antes. Bignone estuvo a cargo de la transición hacia la democracia tras la derrota de su predecesor, Leopoldo Galtieri, en la guerra de Malvinas. Fue el último dictador de la historia argentina.
Acumuló más de 5 condenas por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar, la primera, del año 2010, a 25 años de prisión? y al año siguiente otra a prisión perpetua.
Bignone participó en el derrocamiento del Gobierno de María Estela Martínez de Perón y una vez instauró su Gobierno de facto se apoderó de las instalaciones del Hospital Posadas y lo convirtió en un campo de concentración.
Contra el exmilitar pesaban varios delitos como robos de bebés, torturas y privaciones ilegales de la libertad.
En 216, un tribunal del país lo condenó a 20 años de prisión por la desaparición forzada de más de 100 personas durante el Plan Cóndor.
De las 105 víctimas, 45 eran uruguayos, 22 chilenos, 14 argentinos, 13 paraguayos y 11 bolivianos, según datos del CELS.
Esta operación fue un acuerdo secreto entre regímenes militares de Sudamérica en los años 70 y 80 para perseguir y matar a los oponentes políticos.
Decenas de activistas de izquierda fueron entonces secuestrados, torturados y asesinados en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Paraguay y Bolivia.
Era la primera vez que la justicia comprobaba la coordinación entre dictaduras de Sudamérica para el secuestro y desaparición de disidentes políticos.
El juicio, el primero sobre las atrocidades cometidas bajo este plan de seis países, comenzó en 2013.
Además de Bignone, el coronel retirado uruguayo Manuel Cordero, el único no argentino en la causa, fue condenado a 25 años.
Bignone tenía entonces 88 años y estaba cumpliendo ya cadena perpetua por múltiples violaciones de derechos humanos durante el gobierno de facto de Argentina, de 1976 a 1983.
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