Las entidades financieras que operan en América Latina, no suelen ofrecer productos adecuados a las necesidades de las mujeres, que además registran bajos niveles de educación financiera en relación a los hombres.
Así lo indica un estudio realizado por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el cual sostiene que si bien existen varias iniciativas exitosas, la mayoría de países de la Región están rezagados en cuanto a la educación financiera y al acceso al crédito de las mujeres.
Actualmente en América Latina y el Caribe sólo el 49% de las mujeres tienen una cuenta bancaria, el 11% ahorra y el 10% dispone de crédito, valores que para los hombres representan el 54%, 16% y 13% respectivamente, según datos del Banco Mundial.
En el caso de los países andinos, un estudio de CAF aseguró que los hombres tienen ventajas sobre las mujeres en términos de conocimiento, comportamiento y educación financiera.
Esa situación provoca que ellas tengan menor capacidad de ahorro, menos acceso a préstamos y, en definitiva, menos posibilidades de desarrollo productivo, indica el informe.
Según la publicación, los estereotipos de género (como el estado civil, la fertilidad o la jefatura del hogar) y la ausencia de información recurrente discriminada por género por parte de entidades financieras y gobiernos “ha provocado que las mujeres tengan un acceso limitado al financiamiento y no usen masivamente los productos financieros”.
Para revertir esta situación, el informe recomienda, por un lado, que las entidades financieras latinoamericanas diseñen productos que tengan en cuenta la perspectiva de género, potencien las capacidades de las mujeres y hagan crecer sus negocios o emprendimientos. En cuanto a gobiernos y bancos centrales, la recomendación gira entorno a establecer mecanismos de análisis y recolección de datos que permitan diseñar políticas públicas enfocadas a reducir las brechas financieras entre hombres y mujeres.
La CAF dijo que las asignaturas pendientes son al menos tres: crear nuevos productos financieros para las mujeres y ampliar la disponibilidad de los recursos; diseñar más programas de educación financiera con perspectiva de género que potencien las capacidades de las mujeres; usar indicadores que midan más eficientemente las necesidades de las mujeres y de sus empresas o emprendimientos.
Diana Mejía, experta en inclusión financiera de CAF y una de las autoras del informe, explicó que el empoderamiento económico y financiero de las mujeres es esencial para lograr una igualdad de género real.
“Por eso, gobiernos, bancos centrales y entidades financieras deberán adecuar sus productos y servicios a las necesidades de las mujeres, al tiempo que fomentan sus emprendimientos, con criterios de productividad y rentabilidad”, dijo.
Mejía considera que en líneas generales las entidades financieras no están aprovechando el potencial emprendedor y financiero de las mujeres latinoamericanas (que representan alrededor del 50% de la población), y que a través de productos y servicios más adecuados a sus necesidades podrían mejorar su desempeño económico.
Fuente: Télam
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