Marga es profesora de arte, y un día vino al taller para pintar. Para mí fue una sorpresa, en ese momento solo pensaba en que había pasado por la cabeza de ella, para venir a tomar clases conmigo siendo ella una entendida del tema. Mi sorpresa fue aún mayor cuando la vi pintar. Ella es sorprendente, talentosísima, sus manos no se detienen ni un segundo cuando toma el pincel, a tal punto que ni habla hasta que el reclamo de sus compañeras se vuelve un amoroso reproche, para invitarle un mate.
Sin embargo después la entendí, una vez recibida, ella dedicó su vida al trabajo. Si bien la docencia no hay dudas de que es una vocación, pintar también lo era para ella. Pero los compromisos laborales y la familia ocupaban todo su tiempo.
Así que cuando los niños crecieron y ella recuperó su vida como digo yo que nos pasa a las madres, no dudó en buscar un lugar donde se pudiera encontrar nuevamente con el arte, nuevamente con ella misma. Y nosotras tuvimos la enorme suerte de conocerla al ser elegidas por ella.
Un tiempo colaboró con su hermana diseñando los trajes del cuerpo de baile de una comparsa. Trajes cargados de creatividad y diseño, con brillos, lentejuelas y piedras. En otro momento incursionó en el arte realeggza, que consiste en una delicada técnica de decoración de cáscaras de huevos naturales. Se trata de un trabajo minucioso, muchas veces en miniatura, con detalles exquisitos que lo convierten en una pieza de joyería única, sobre un material tan simple y delicado como lo es una cáscara.
Así muchas pasiones pasaron por su vida, siempre creando para la escuela, para los niños y haciendo diferentes actividades creativas, como bordar ojotas, o pintar sobre tela, o hacer algo de costura. De esas tantas pasiones hay una que siempre permaneció intacta, la pasión por su familia. Con Jorge su compañero de vida, han luchado juntos, formaron una familia y vivieron para ellos: sus 5 hijos ahora grandes ya empezaron a darles nietos, la familia sigue creciendo. Y sigue creciendo también porque Marga aparte ama a los animales, todo lo que se mueva, peludo o pelado, sin importar cuantas patas tengan, bicho que ande por ahí, ella los adopta.
Definitivamente Marga es una mujer que sabe amar y seguramente debe ser por ese corazón tan bondadoso que posee, que todo lo que crea siempre es muy bello.
Al fin y al cabo, el arte es el reflejo del alma.
Colabora
Claudia Olefnik.
Artista plástica.
Responsable
del Taller Monarcas.
En Facebook.
0376-4720701
Discussion about this post