¿Tenés o has tenido hijos adolescentes? Si tu respuesta es afirmativa, sabrás bien que la adolescencia es una etapa o un período de aprendizaje turbulento. El núcleo principal durante estos años es construir la identidad. Ellos quieren descubrir cuatro cosas: quién soy, qué puedo, con quién y a dónde voy.
Se trata en realidad de un proceso que marca la diferenciación y la separación de los padres. De ahí, la actitud habitual que asumen los adolescentes y los hace expresar: No estoy de acuerdo. El joven que ya ha dejado de ser un niño, pero aún no es un adulto busca que le respondan una pregunta: ¿Me vas a amar aunque me haga diferente a vos?. Esto es lo que esta etapa esconde.
Si los papás pueden acompañarlos y amarlos incondicionalmente tal y como son y hagan lo que hagan, la turbulencia disminuye y pueden avanzar en la construcción. De lo contrario, la crisis se potencia para toda la familia. Te invito a analizar tres depósitos que papá y mamá deberíamos hacer en nuestros hijos adolescentes y los va a ayudar para el resto de sus vidas:
1. Brindarles confianza y valores positivos
Un adolescente construye su identidad por la negativa. ¿Qué significa esto? Que sabe muy bien qué es lo que no quiere, lo que no le gusta, etc. Los padres tienen la posibilidad de atarlos a la positiva. ¿De qué manera? Repitiéndoles frases como: Nosotros confiamos en vos y en tu honestidad; o sabemos que lo harás bien; o estamos seguros de que tomarás la mejor decisión. De este modo les transmiten valores que los harán meditar antes de accionar y elegir siempre lo mejor.
2. Estar disponibles
Es fundamental que les transmitan a sus hijos adolescentes que están disponibles cuando lo necesiten. Se les puede decir, por ejemplo: Cuando quieras charlar, acá estoy; o nunca te olvides de que siempre podés contar con nosotros. Y repetírselos a menudo. Cuando hay que corregirles algo, lo mejor es mostrarles cómo se puede hacer de otra manera, sin imposiciones ni críticas, todo lo cual los aleja en lugar de acercarlos.
3. Respetar sus ideas y su forma de pensar.
Todo adolescente desea tener su propia manera de pensar, sus ideas, su mundo. Y no quiere que sus padres se entrometan. Sin embargo, debemos dejar muy en claro que las acciones equivocadas pueden traer consecuencias negativas y para compartir con ellos ciertas cuestiones podemos mirar un programa o una película juntos y luego generar un debate. Es una buena forma de escuchar su opinión y mostrarles respeto. Lo ideal es nunca condenar una opinión, aun cuando no estemos de acuerdo con ellos.
La actitud de los padres puede ayudar grandemente a sus hijos adolescentes a construir una identidad sana y sobre todo, a saberse amados de manera incondicional, valorados y respetados. La construcción de su identidad es un proceso que, con la contención y aceptación por parte de la familia, puede llegar a buen puerto.
Colabora
Bernardo Stamateas
Doctor en Psicología, Sexólogo Clínico, Escritor y Conferencista Internacional.
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