El tenista argentino Juan Martín del Potro avanzó al ganar en tres sets a su compatriota, pero sufrió molestias físicas que le lastraron durante todo el partido.
Del Potro, sexto sembrado, se quejó en numerosas ocasiones de dolor en su espalda pero acabó imponiéndose en tres sets de 3-6, 7-6 (2) y 6-3 en dos horas y media ante Mayer quien, a sus 30 años, estaba disputando el mejor Indian Wells de su carrera.
El de Tandil, finalista en 2013, venía realizando un gran torneo, mostrando destellos de su mejor tenis tras ganar hace unas semanas el Abierto Mexicano en Acapulco.
Ahora, si su espalda se lo permite, en cuartos lo espera el alemán Philipp Kohlschreiber (N.31), que dejó fuera este miércoles a la promesa francesa Pierre-Hugues Herbert por 6-4 y 7-6 (1).
Los dos llegaron juntos al Estadio 1 pero ambos dejaron su amistad en la puerta principal.
Del Potro llegaba con la presión de ser el sexto cabeza de serie, el mejor en la competición tras el suizo Roger Federer (N.1), mientras su compatriota no tenía nada que perder.
“Ahora a disfrutar”, había dicho incluso a la AFP al estar disputando el mejor Indian Wells de su carrera.
Habían compartido circuito durante más de una década pero solo habían jugado un encuentro previo en la ATP. Entonces eran dos jugadores diferentes. En 2012, “Delpo” ganó 6-3, 7-5, 7-6 (11/9).
Los primeros juegos sirvieron como estudio. Saques potentes, “aces” y “games” resueltos deprisa, sin demasiado intercambio de golpes bajo la atenta mirada de miles de espectadores en las gradas y de varias banderas albicelestes.
Así se llegó al octavo. En él, Mayer gozó de dos puntos de “break” a favor que Del Potro pudo solventar. Deuce. Mayer avisó de nuevo. Y no erró.
El público, sorprendido, animaba al tandilense pero el de Corrientes no tuvo piedad de su amigo y se llevó el primer set por 6-3 en 32 minutos.
Renacido
El segundo arrancó con un juego en blanco para Del Potro. En el siguiente, éste no aprovechó dos puntos de quiebre y Mayer empató.
El tercero fue clave: Mayer, con las piernas más frescas y las ideas más claras, le rompió el servicio y puso el 2-1 en el luminoso.
Del Potro se retiró a su rincón, cabizbajo, e intercambió unas palabras con un miembro de la organización. Estaba visiblemente incómodo y con problemas físicos.
Pero no estaba dispuesto a rendirse.
Luchó el cuarto con todo y su tesón dio sus frutos, recuperando el juego que había cedido y poniéndose 2-2. Aún quedaba mucho partido.
Del Potro resucitó tras recibir asistencia médica en su espalda y Mayer perdió un poco del brillo con el que había empezado el partido.
Del 1-2 al 6-6. El tandilense no gastaba energía con desplazamientos largos pero su pegada desde el fondo de la pista era suficiente para mantenerle con vida en el choque.
Y eso fue también determinante en el “tie break”: renacido, Del Potro firmó un contundente 7-2 para poner la igualada en el marcador.
En el tercero siguió la misma tendencia: la subida de Del Potro era ya imparable.
Le rompió el saque en el primer juego a su rival y ya no soltó su ventaja.
Fuente: Agencia de Noticias AFP/NA
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