Alfredo E. Halberstadt – San Vicente (Misiones) Señora Directora: Las leyes cristianas son contundentes sobre el asunto del aborto y catalogan como una asesina a la mujer y al que la asiste en este aberrante proceder. Por si hace falta aclarar se está matando a un indefenso ser humano que no pidió para estar en el vientre de una mujer. Por lo cual en él se ensucia con su sangre a quienes están en esta actividad, sin excusas ni atenuantes.
El Código Penal lo autoriza en casos extremos, liberando de culpa a los practicantes.
La Medicina moderna puso al alcance de los hombres y mujeres métodos y objetos preservantes para prevenir los embarazos no deseados, más allá que las religiones cristianas no aceptan el uso de este tipo de preventivos y reservan el acto sexual únicamente dentro del matrimonio.
El aborto realizado debe ser penado tanto para la mujer como para quien la asistió en ese desgraciado acto porque se está matando a un ser humano. Desde el momento de la concepción hay una vida en marcha que por asuntos gravísimos puede ser detenida.
Los argentinos somos campeones en abortos. Se habla de 500.000 por año y por eso no crecemos demográficamente. Las autoridades tienen el poder para poner coto a estos asesinatos y nuestros legisladores que no miren para un costado en este tan delicado y humano tema.
Para las mujeres que tienen varios hijos y quieren abortar recordaré un viejo concepto ya publicado: que a quien tienen en la panza déjenlo allá total casi no molesta y no come ni produce gastos, etc., pero si maten al nene o la nena de 15 años que si produce gastos y a veces molesta con su conducta y es motivo de preocupación.
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