Casi la mitad del padrón de presidentes de barrios de Posadas es femenina. En el Mes de la Mujer, PRIMERA EDICIÓN salió a hablar con ellas y de esta especial función. Una mujer con imaginación es una mujer que no solo sabe proyectar la vida de una familia, la de una sociedad, sino también el futuro de un milenio, dijo Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz.
Así que en este Mes de la Mujer, PRIMERA EDICIÓN quiso homenajear a todas ellas resaltando sus cualidades, energía, valía, virtudes, dones, fortalezas, potencial y habilidades que conocemos y las que desconocemos y son capaces de hacer y realizar.
Por ello realizó un informe en Posadas en base a estadísticas brindadas por la Municipalidad capitalina, en el cual resalta que más del 40% del total de los presidentes de barrio de la capital, son mujeres. Esto quiere decir que en un rol que hasta hace poco estaba reservado solo para los hombres, las mujeres desembarcaron como una enorme ola que golpea la orilla del mar y plantaron bandera.
Según los registros municipales, existen en Posadas unas 275 comisiones vecinales que se encuentran registradas, de las cuales 119 son presididas por mujeres.
Así se eligió a cuatro presidentas de barrio de distintos puntos de Posadas para que nos cuenten su vivencia en este rol, cómo lo asumieron y lo llevan adelante intercalando con su vida familiar, laboral y con el estigma aún hoy, en algunos casos, de que la mujer no puede ocupar o desempeñar ciertos cargos o funciones.
Con empuje y ganas de hacer
Margarita Álvarez es la presidenta del barrio Las Malvinas, un asentamiento histórico de la ciudad.
En 2016 asumió el compromiso con mucho valor y destaque el rol que hasta hace poco era reservado solo para la rama masculina.
La verdad que eso de que solo los hombres podían ser presidente de barrio quedó atrás. Hoy por hoy la mujer cumple varios roles en la sociedad que antes no podía acceder y uno de ello es éste, ser presidenta de un barrio, así comenzó su relato Margarita, mientras recorríamos el barrio en su compañía.
Hoy la mujer progresó mucho. Desde que tuvo que salir a ganarse el pan para ayudar en la economía familiar; además se capacitó, se instruyó y se informó. Creo no para competir con el hombre, sino para estar de igual a igual; y a la vez completarse y sobre todo ayudarse, añadió.
Al ser consultada sobre los logros conseguidos durante su función resaltó: Realmente conseguimos muchas cosas, pero no a través de una presidenta, sino gracias a toda una comisión vecinal. En forma unida y en pos de un mismo objetivo todos juntos tirando para un mismo lado y del mismo carro, y por supuesto con el acompañamiento de la Municipalidad.
Margarita es esposa -de Rubén-, madre -de Cinthya y Cristian- y abuela -de Sofía, Nicolás, Facundo y Francesco-; Además, trabaja en el IPS y realiza varias tareas extra-laborales.
Estoy muy contenta en el rol que me tocó ejercer y agradezco la posibilidad que me dieron los propios vecinos. Siempre con colaboración y apoyo se pueden lograr muchas cosas. Caminando sola no se puede. Siempre se debe tener un acompañamiento, generar recursos, no es solo pedir y pedir. Uno está al servicio de la gente y nuestro objetivo es tener un barrio más lindo, limpio, atractivo, seguro y mejorar la calidad de vida de todos, resaltó Margarita.
Involucrada
En tanto, Liliana Benavídez es otra intrépida mujer misionera que asumió el compromiso con su comunidad y es desde fines del año pasado presidenta del barrio Terrazas, en la zona Oeste de la ciudad.
Le preguntamos a Liliana, ¿cómo surgió la idea de convertirse en la presidenta del barrio?, y ella respondió: Mi historia comenzó por involucrarme por motus propio junto a un grupo de vecinos que nos auto-convocamos y comenzamos a conseguir cosas por y para el barrio. Eso fue porque la anterior comisión vecinal estaba como ausente.
A lo que agregó: A partir de ahí nos dimos cuenta que vivimos en un barrio muy bonito y que se pueden hacer cosas para embellecerlo aún más. Esto hizo que se involucren más vecinos hasta que llegó el momento de renovar autoridades y bueno se tomó la decisión de que yo fuera la candidata a presidenta y acepté el desafío con mucha confianza respeto y compromiso.
En otro tramo de la charla Liliana casada -con Omar-, un hijo -Mauro- y ama de casa dejó en claro que ser mujer y presidenta no es fácil, pero no por ello dejó de recibir ayuda por parte de los vecinos, tenemos una gran ventaja en este barrio. Cuando pedimos ayuda al vecino, el mismo colabora y eso es muy importante.
A veces a las mujeres les cuesta un poco más que a los hombres, a la hora de ir a pedir o buscar alguna ayuda, dijo. Pero eso no la amilana para nada y sabe ser paciente.
Tenemos una buena relación con la Municipalidad y hemos conseguido varias cosas para el barrio. Por supuesto que faltan cosas por hacer y arreglar, pero vivimos en un lugar muy lindo y tratamos de cuidarlo y mantenerlo habitable, resaltó la presidenta del barrio Terraza.
Por último, Liliana con mucha alegría reseñó: Al principio cuando me ofrecieron el cargo dudé, pero ya estaba involucrada de lleno y le dí para adelante. Estoy orgullosa del cargo que represento desde el día que me eligieron, sobre todo al decirme que me votaron más hombres que mujeres, eso realmente me sorprendió. El apoyo constante y el aliento de los vecinos te ayudan a seguir, pese que a veces no salen las cosas como uno quiere o desearía para el barrio.
Por un mayor protagonismo
También nos visitó Griselda Barreto, quien es presidenta de la chacra 124, en la zona Oeste de la capital provincial. Casada con Orlando Cabral y sin hijos, se arremangó y de buenas a primera se puso al frente de su barrio.Como llegué a ser presidenta es algo medio loco, así arrancó su relato.
Me invitaron a ser parte de la presentación de un proyecto para el presupuesto participativo, pero en el barrio Santa Rita. Y de pronto me dije, ¿y en mi barrio nadie presentó nada?; y se necesitan muchas cosas. Así que me interioricé y comencé a indagar.
En ese momento el anterior presidente terminaba su mandato y Griselda vio que era su oportunidad.
Empecé a preguntar en el barrio, a investigar qué necesitábamos y quién se iba a postular. Problemas había y muchos, pero nadie quería postularse y de pronto y casi sin darme cuenta los propios vecinos me postularon y yo acepté, comentó la actual presidenta de la chacra 124.
En tanto dejó en claro que tras su asunción tenía un lema que iba a tratar de llevar adelante: Una vez que fui electa mi principal objetivo fue y será hasta el final de mi mandato que la chacra 124 tenga más protagonismo dentro del municipio, porque es una chacra bastante olvidada.
Estamos a diez minutos del centro y tenemos aún calles de tierra y casas con agua de pozo, y estamos luchando para que eso cambie, agregó.
Griselda es vendedora y ama de casa, y al igual que las demás presidentas de barrio entrevistas comentó: Nosotras las mujeres fuimos ganándonos un espacio y haciéndonos respetar. Que solo los hombres podían ser presidentes de barrio quedó en el pasado. Además cuando los reclamos sos justos no importa si lo pide un hombre o una mujer, simplemente debe ser atendido.
Mejorar y progresar
Esperando en la plaza saludable del barrio, Yanina Ibarra, presidenta del barrio Club de Educación nos recibe y junto a su vice, otra mujer, Liliana Torres comienzan casi en forma automática a contarnos sus roles al frente de este asentamiento.
Mirá, los vecinos del barrio me insistieron y a la vez me apoyaron. Así que pese al temor inicial asumí el compromiso y una vez electa comenzamos a ver las necesidades del barrio, dijo Yanina.
Desde hace más de 20 años asentada en ese lugar casada -con Julián. dos hijas -Oriana y Sofía- y uno más en camino, resaltó que uno de los principales problemas del barrio es la transitabilidad en las calles, las cuáles son terradas, y el sistema eléctrico, ya que aún poseen tendido rural.
El desafío es poder lograr el empedrado para el barrio y mejorar la iluminación. Sé que no es fácil, pero que yo sea mujer para mí no es un impedimento. Vamos a reclamar, insistimos. Vamos una y otra vez y a veces las mujeres terminamos ganando por cansancio, entre risas responde.
Por su parte, la vice Liliana nos relató queremos, como todos, que el barrio esté mejor. Nos gustaría tener a futuro, al lado de la plaza saludable, un espacio techado donde poder hacer actividades deportivas, culturales y sociales. El barrio lo necesita.
Estas son algunas de las historias de vida de mujeres guapas, luchadoras, aguerridas y protagonistas.
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