Mientras el debate argentino se centra hoy en la economía y el aborto legal, se abre paso en la agenda una suerte de divorcio entre la Corte Suprema de Justicia, máxima instancia judicial del país y Comodoro Py, por estos días centro de operaciones y procesos de las mayores causas de corrupción contemporáneas.
En la apertura del año en la Justicia, a principios de este mes, Ricardo Lorenzetti, titular de la Corte, realizó una autocrítica sobre el funcionamiento del Poder Judicial y habló de la necesidad de debatir y promover reformas. El magistrado sostuvo que la Justicia debe prestar atención a las demandas sociales y se refirió a la necesidad de realizar reformas para luchar contra la corrupción y la impunidad.
Sutilmente a veces y otras no tanto, Comodoro Py comenzó a abrir una brecha entre aquel discurso y la actualidad de las causas que maneja. A menos de un mes del llamado de atención de Lorenzetti, los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa recuperaron la libertad en el marco de la investigación judicial en la que están procesados tras no pagar nada menos que 8.000 millones de pesos de impuestos.
La decisión mayoritaria de la Sala I de la Cámara Federal llama la atención por sí sola y más aún a partir de una sospechosa conformación. Tanto así que la Corte dispuso investigar la forma en la que se constituyó el tribunal al momento de tomar esa decisión.
Más sutil fue la reciente liberación del exsecretario de Legal y Técnica Carlos Zannini y del líder de MILES, Luis DElía. Que la maquinaria judicial, esa que nos tiene acostumbrados a lustros y décadas de demora en la toma de decisiones, haya trabajado contrarreloj para liberar a los dirigentes kirchneristas durante la madruga del Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia es, cuanto menos, un desafío entre líneas a las directivas de Lorenzetti y, elípticamente, al Poder Ejecutivo que todos los días nos recuerda que le cuesta poner de pie al país por la corrupción del gobierno anterior.
El inesperado tire y afloje que se acaba de abrir en el Poder Judicial seguramente tendrá ocupados a los funcionarios de ese rubro, pero tarde o temprano absorberá al Poder Ejecutivo que busca orden en todas las líneas para allanarse un segundo mandato cuando recién promedia la mitad del primero.
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