Alemania, Francia, Polonia, República Checa, Lituania, Italia, Dinamarca, Holanda y Letonia echaron a 14 y Washington expulsó a 60 tras el envenenamiento en Gran Bretaña del exespía ruso
“De forma concertada, 14 países de la UE decidieron expulsar a diplomáticos rusos”, anunció el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, en una declaración leída en Varna (Bulgaria) donde participa en una reunión de la UE con el presidente turco Recip Tayyip Erdogan.
“No se excluyen nuevas medidas adicionales, incluyendo más expulsiones, en los próximos días”, agregó Tusk.
Alemania, Francia y Polonia expulsaron hasta ahora cada uno a cuatro diplomáticos rusos; la República Checa y Lituania a tres: Italia, Dinamarca y Holanda a dos, y Letonia a uno.
El jueves pasado, durante una cena de trabajo, los europeos acordaron llamar a consultas al embajador de la UE en Rusia por el envenenamiento el pasado 4 de marzo de Serguéi Skripal, un exagente ruso, y su hija Yulia, en la ciudad inglesa de Salisbury.
Previamente, en una declaración conjunta en apoyo a la primera ministra británica, Theresa May, estimaron que es “muy probable” que Rusia esté detrás del ataque.
El gobierno del presidente Vladimir Putin ha rechazado desde hace dos semanas estas acusaciones.
Una autoridad rusa expresó en las últimas horas que las acusaciones británicas no han logrado trastornar la tranquilidad del presidente Vladimir Putin.
Putin tranquilo
El vocero de la presidencia de Rusia, Dmitri Peskov, expresó que las tensiones levantadas entre el país euroasiático y el Reino Unido tras el envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal no han perturbado la calma del mandatario Vladimir Putin.
El diplomático señaló que las acusaciones hechas por los británicos sobre la supuesta responsabilidad de Moscú en el envenenamiento de Skripal rondan el “vandalismo” y ni siquiera han podido ser comprobadas.
“No es una prioridad para él (Putin), la prioridad para él son los problemas internos que tenemos y los que se dedica todos los días, las veinticuatro horas al días”, subrayó.
Para el representante del Kremlin, las acusaciones británicas son una “desfachatez nunca vista (
), al país se le incrimina algo que no pueden y ni siquiera intentan formular”.
Peskov detalló que Rusia le hará frente a las provocaciones británicas, independientemente de que detrás del caso están los problemas internos del Reino Unido o sus relaciones con los aliados.
Por su parte, el líder ruso solo se refirió al caso el pasado lunes para solicitar al Gobierno de Londres que “aclare las cosas” para poder entablar cualquier diálogo sobre el tema.
Golpe de efecto
Estados Unidos anunció este lunes la expulsión de 60 “espías” rusos y el cierre del Consulado de Rusia en Seattle (noroeste), como parte de un gesto coordinado con otros países occidentales por el ataque químico contra el ex espía Sergei Skripal en el Reino Unido.
En una nota oficial, la Casa Blanca informó que la acción fue adoptada “en conjunto con nuestros aliados de la OTAN”, y añadió que Washington está dispuesta a construir mejores relaciones con Moscú, pero que eso sólo será posible “con un cambio en el comportamiento del gobierno de Rusia”.
Este mismo lunes, 14 países de la Unión Europea también expulsaron funcionarios rusos.
La historia de Skripal
El excoronel del ejército ruso Sergei Skripal, de 66 años, lucha por su vida en un hospital de Salibury, Gran Bretaña, después de ser encontrado inconsciente en un centro comercial junto a su hija.
El antiguo agente secreto ruso fue condenado a prisión por el Kremlin por entregar a los servicios secretos británicos (MI6) información confidencial sobre agentes rusos encubiertos en Europa.
El FSB, la agencia de seguridad rusa, dijo que la información transmitida al MI6 por Skripal contenía secretos de Estado.
Apodado el espía del bolso Louis Vuitton, Skripal fue parte de los servicios de inteligencia militar de Rusia (la GRU) hasta 1999, alcanzando el rango de coronel.
Posteriormente trabajó en la oficina del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia en Moscú hasta 2003, cuando comenzó a trabajar como doble agente.
Un portavoz de los servicios rusos (FSB) comparó a Skripal con el coronel Oleg Penkovsky, que fue ejecutado por la Unión Soviética en 1963 por proporcionar a los Estados Unidos información durante la crisis de los misiles cubanos.
El exagente fue sentenciado a 13 años de prisión por espiar para Gran Bretaña en Rusia en agosto de 2006 después de ser declarado culpable de “alta traición en forma de espionaje”.
El doble agente había admitido haber vendido los nombres, direcciones y nombres en clave de “varias docenas” de agentes rusos durante un período de diez años.
La traición de Skripal fue un duro golpe para Rusia, cuyo gobierno dijo que había “causado graves daños a la seguridad del Estado y a la capacidad de Rusia de defenderse”.
Los expertos en historias de espías aseguran que Skripal se salvó por poco de ser ejecutado en su país natal.
Los fiscales rusos dijeron que el MI6 le había pagado US$ 100.000 por información, la cual había estado suministrando desde la década de 1990 cuando era un oficial en servicio.
En un país donde el salario promedio era de £ 160 por semana, Skripal recibió más de £ 54,000 para entregar información a Gran Bretaña, escribió The Independent. Se le pagaba en efectivo cada vez que se reunió con su contacto del MI6, mientras que también recibía pagos en una cuenta bancaria española.
En julio de 2010, el entonces presidente ruso Dmitry Medvedev, indultó a Skripal. Rusia deseaba usarlo como moneda de cambio en un cinematográfico canje de espías en el aeropuerto de Viena: cuatro agentes rusos serían devueltos a cambio de 10 agentes “durmientes” plantados en los Estados Unidos por Moscú.
Sergei Skripal fue trasladado al Reino Unido, donde se le prometió una nueva identidad, un hogar y una pensión.
Entre los espías rusos deportados de los Estados Unidos se encontraba Anna Chapman, que fue arrestada en un recinto del departamento de policía de Nueva York después de entregarle un pasaporte falso que un agente encubierto del FBI le había dado.
Hija de un diplomático ruso, se convirtió en la más famosa de los agentes del intercambio después de que su exmarido vendiera fotografías a la prensa mostrando su vida social y sus viajes.
Después de llegar a Gran Bretaña Skripal llevó una vida de anonimato en Salisbury. Agradecido por haber sido indultado por las autoridades rusas por sus décadas de contraespionaje, el hombre de 66 años disfrutaba de un retiro muy pacífico.
Además, era un experto en el arte del disimulo. “No parecía un espía, dijo su vecino al Telegraph. Realmente no se veía inteligente, parecía muy informal, se destaca por eso, es difícil recordar algo especial sobre él”.
En 2007 Viktor Makarov, un exagente de la KGB que también espió para el MI6 y fue probablemente compañero de trabajo de Skripal, manifestó sus temores sobre la venganza que la KGB buscaría contra él y contra todos aquellos que se atreven a traicionar a Rusia: “Tratarán de dispararme en la parte posterior de la cabeza, pero también podrían usar veneno”, dijo. “Nunca lo olvidan. Cuando estaba en la KGB en la década de 1970 todavía perseguían a personas que los habían traicionado 30 años antes”.
Fuente: Agencia de Noticias AFP/NA
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