Los Ángeles y Arcángeles son seres espirituales que trabajan en la realización del Plan Divino y nunca han abandonado la conciencia de la unidad. La diferencia principal con nosotros los humanos es que siempre han tenido conciencia de unidad y no han encarnado en la dualidad o en la polaridad, con excepción de Metatrón y Melquisedec.
La realidad terrenal es dualidad. Nuestra vida se mueve entre dos polos que también se designan como el bien y el mal en los cuales nos movemos. Aún cuando hagamos el bien y luchemos contra el mal permanecemos en la tensión entre los dos polos. Los polos nos sirven para reconocer el bien y el mal y para ejercer libre elección (albedrío). Se aprende con dolor y sufrimiento lo que significa estar separado de la unidad y de Dios Padre Madre.
El polo negativo: Diavolus proviene de dividir y separar. Debemos redimirlos a través de la aceptación y el amor como nos enseñó Cristo y así ponernos en una posición fuera de la dualidad.
La meta de nuestra alma es experimentar a Dios, retornar a la Unidad y los ángeles nos ayudan a alcanzarla. Ellos saben que el ser humano debe experimentar el lado oscuro para volver en si. Saben que tenemos que vivir experiencias desagradables para comenzar la búsqueda de la luz y nos acompañan en todo camino aunque nos internemos en el polo negativo.
Los arcángeles nos acompañan en el camino de toma de conciencia. El ámbito de aprendizaje de la dualidad fue creado por Dios para que seamos conscientes y reconozcamos lo que significa estar en Dios Padre Madre o estar separado de Él…
Los ángeles y arcángeles son acompañantes en el camino del olvido. Si nuestra alma toma la decisión de aprender en la Tierra a través de la encarnación, al nacer, el velo del olvido cubre nuestra conciencia. Olvidamos quienes somos en realidad (dicen que un Ángel nos besa en la frente y olvidamos todo). Olvidamos nuestra luz, pero seguimos siendo Luz aunque nos hayamos alejado de lo divino, aunque nos vinculemos con el polo oscuro. El destello divino permanece en nosotros. Este es el camino de la toma de conciencia: Olvidamos y luego vamos recordando poco a poco a nuestro ser de luz, que somos parte de lo divino. El arcángel nos concede misericordia y puede retirar los velos, cuando reconocemos cuáles son los velos que oscurecen nuestra luz y nos mostramos dispuestos a deshacernos de ellos. (…) continua.
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