El edificio, ubicado a ocho kilómetros del centro de Oberá, fue desafectado hace ya ocho años. Tiene condiciones edilicias y socio-comunitarias favorables para convertirse en centro de rehabilitación.La comunidad obereña solicitó al Estado que avance con la apertura de un centro de rehabilitación y contención para adictos en el edificio y predio que otrora era de la Escuela 173, en el Paraje Fontana.
Este pedido fue sustanciado por la diputada provincial Giuliana Perini quien presentó un proyecto de comunicación.
Vale recordar que en 2011 la estructura edilicia de la ex Escuela 173 del Paraje Fontana, a ocho kilómetros del centro de la ciudad, fue desafectada para ser destinada al centro de rehabilitación y contención de adictos. Este establecimiento educativo fue declarado monumento histórico en 1997 y está ubicado en el Lote 109 de la sección tercera del municipio de Oberá.
Es una zona rural de chacras de pequeños productores familiares, un entorno considerado propicio para favorecer procesos de tratamiento para la superación de conductas adictivas, observó Perini, quien comentó que en una recorrida por la zona constató que los colonos se muestran a favor de establecer acuerdos con el futuro centro, para que los pacientes, como parte de la rehabilitación, puedan practicar tareas de cultivo y cosecha.
La joven legisladora del Partido Agrario y Social lamentó el estado de abandono en que se encuentra el edificio desde que se trasladó la escuela.
Pasaron siete años ya desde la aprobación de la apertura del establecimiento y aún permanece inhabilitado. Esta situación produce un serio perjuicio a las personas que sufren problemas de adicción, al igual que a sus familias, quienes en la mayoría de los casos deben trasladarse hasta Posadas para recibir los tratamientos específicos.
El predio tiene quince mil metros cuadrados. El edificio principal está dividido en cinco salones amplios -donde funcionaban las aulas-, el comedor, la cocina, un depósito y dos baños.
Además, dentro del terreno se encuentran dos casas que están deshabitadas. Cuenta con instalaciones eléctricas que funcionan óptimamente y un pozo perforado de 116 metros de profundidad, de donde se puede proveer de agua potable y segura.
Consideramos que más allá de la inversión necesaria en materia de refacción y acondicionamiento, para la habilitación del centro existen condiciones edilicias y socio-comunitarias más que favorables, indicó la legisladora en su proyecto.
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