El eldoradense Roberto Mareco es uno de los misioneros que combatió en Malvinas y así lo recuerda, 36 años después.El 2 de abril se conmemora en la Argentina el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
Creado por la Ley 25.370 de noviembre de 2000, desde junio de 2006 es un feriado nacional inamovible. La elección de esta fecha se debe a que en 1982 las Fuerzas Armadas Argentinas desembarcaron en las islas del Sur con el objetivo de recuperar ese territorio, arrebatado por fuerzas británicas en el año 1833.
La historia del eldoradense Roberto Mareco es una de las más de 450 de misioneros que combatieron en Malvinas. Roberto es clase 1962 y cuando se inició la guerra ya estaba de baja. Pese a ello, fue convocado y llegó a Malvinas el 26 de abril de 1982. Cumplió el servicio militar en el IV Regimiento de Monte Caseros, en Corrientes. Allí volvió a presentarse y desde la vecina provincia partió al Sur argentino.
Al viajar rumbo a Malvinas todo era alegría y emoción. No tomábamos noción realmente de lo que era una guerra hasta que estuvimos allí. Así comenzó su relato Roberto, en el Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas, en Eldorado.
El 1 de mayo vivimos de cerca el primer ataque de los ingleses, cuando bombardearon vía aérea el aeropuerto local, añadió.
Se luchó hasta el final
Con el ceño fruncido y la mirada al cielo, Roberto rememora: Fue muy dura la guerra. Tras varios días de combate, ya por el mes de junio, tuvimos que rendirnos ante los ingleses en el Monte Harriet, donde plantamos una dura resistencia hasta donde las fuerzas y las armas nos lo permitieron.
Todos los días es 2 de abril
Al ser consultado respecto a las vivencias hoy para los veteranos, sin pestañear respondió: Para nosotros todos los días es 2 de abril. Y acto seguido añadió: La verdadera guerra comenzó al regreso a tierra firme. Fue otra lucha que tuvo el excombatiente.
Una de las únicas alegrías que tuvimos en los primeros años fue el reencuentro con la familia. Luego, el contacto con la sociedad fue muy duro los primeros años no conseguíamos nada, ni trabajo. Luego las cosas comenzaron a cambiar y hoy hasta podemos contar nuestras historias, como en este relato, y conseguimos beneficios que por años nos fueron negados. Hubo muchos suicidios, hasta que comenzaron a crearse las asociaciones y centros de veteranos y la historia comenzó a reconocernos, finalizó.
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