Oriunda de Campo Grande, lleva publicados los libros: Del Interior. Cuentos Regionales I, II y III. Comentó que sus obras fueron distribuidas en escuelas y bibliotecas populares. Comencé a escribir por necesidad, no conseguía libros para cumplir con los objetivos en la planificación escolar, entonces se me ocurrió un día escribir un cuento, les di a los chicos, y les encantó. Fue así que Mirta Bianchetti de Castillo, una docente actualmente jubilada, comenzó a enseñar a los alumnos en las escuelas rurales de la localidad de Campo Grande.
En 2007 presentó Del Interior. Cuentos Regionales, una recopilación de todas esas historias que tuvieron como musa inspiradora la selva, la chacra, los relatos, las leyendas e historias que Bianchetti lo adaptó en un lenguaje sencillo.
Además en septiembre del 2017, en el Festival del Docente presentó la segunda y tercera edición de Del Interior. Cuentos Regionales y en junio se estará reeditando la edición 1.
En una charla con PRIMERA EDICIÓN, Bianchetti comentó que las historias de sus libros tienen como escenario la selva, las picadas y el respeto por la naturaleza tengo tantas vivencias de la chacra, al rededor de mi casa era todo monte y mi papá nos enseñó a amar la naturaleza, los animales y las plantas, incluso muchas veces llegaban cazadores y contaban sus historias, escuchaba sin pensar que después de décadas me iba a servir. Esas historias fueron adaptadas, contó la profesional.
Historias misioneras
En muchas de esas historias contadas por los pobladores se pueden reconocer a personajes como: el Pompero, Lobizón o el Yasy Yateré, entre otros. Incluso muchos de estos relatos, inculcan al lector por el respeto y el cuidado del medio ambiente, y la fragilidad del mismo.
Fue así que familiares, amigos y colegas aconsejaron a la educadora que recolecte todas esas historias y plasmarlas en un libro. Entonces en 2007, con ayuda del municipio local se publicó su primer libro. Cada vez que mis alumnos leían esos cuentos, se sentían identificados, y comenzaban a nombrar en clases algunas conductas de vecinos, luces que aparecían de noche o relatos de aparecidos. Los alumnos se involucraban en las historias, también el lenguaje del texto utiliza el modismo regional y se sienten identificados con los personajes describió.
Leer es saber
Una vez que salió publicada la primera edición de su libro, la Municipalidad de Campo Grande se quedó con una importante cantidad de ese material y lo distribuyó en distintas escuelas de la zona y en bibliotecas populares, para que los jóvenes puedan conocer también parte de su historia y costumbres mi objetivo es que los docentes utilicen este material en las aulas.
Identidad misionera
La escritora comentó que por lo general las escuelas primarias reciben mucho material bibliográfico, pero muy pocos de ellos hablan de la realidad de la provincia, sino más bien describen todo lo relacionado a la ciudad o centros urbanos en una oportunidad, una monja me compró el libro por el paisaje de la tapa, dijo que es bien de Misiones por la tierra colorada y la selva. Además en algunas de mis historias hablan de los tareferos, donde supuestamente voy a un paraje donde vive un matrimonio muy humilde, que es frecuentado por un amigo, donde debajo de una enramada almuerzan todos los días reviro y mandioca donde cuentan sus cosas y llevan adelante una existencia sencilla sin Internet y sin celular donde se puede vivir una vida sencilla.
Nuevas historias
Bianchetti, aun sigue enseñando a través de sus palabras y esa alma inquieta que no se detiene y sus planes para este año es seguir buscando historias que necesitan ser contadas para no caer en el olvido. Relatos con identidad misionera que merecen ser rescatados. Por ello otra de sus publicaciones se podría tratar de un alumno que cursó desde el primer año de la primaria y que se diagnosticó una grave enfermedad, y las docentes, alumnos y familiares siempre estaban pendientes de la salud de aquel joven. Una noche estábamos en la cocinita, separada de la casa y pasa volando el Suindá, la lechuza que anuncia la muerte, porque con su canto es como si corta la mortaja. El ave se posó en el techo de la cocina donde estábamos, nos miramos con mi familia y me pasó un frío por el cuerpo, al otro día nos enteramos de la triste noticia que el chico había fallecido.
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