En las últimas semanas uno de los temas económicos que tiene en alerta a los mercados del mundo es la posible guerra comercial entre ambas naciones que viene en clara escalada de tensión. Qué es una guerra comercial, cuáles son sus armas y quiénes sus principales víctimas.En las guerras comerciales, se dispara con aranceles y se bombardea con cuotas de importaciones.
Son tan antiguas como el propio comercio internacional, pero las guerras comerciales siguen siendo un asunto de poderosas repercusiones en la actualidad.Barry Eichengreen, profesor de Economía y Ciencias Políticas de la Universidad de California explica que una guerra comercial comienza cuando un país toma acciones para restringir la entrada de uno o varios productos de importación de otra nación o de un grupo de naciones determinado.
Puede ir, afirma, desde subir los aranceles hasta la prohibición de toda la importación de un producto.
Como consecuencia, las naciones afectadas adoptan regulaciones similares en represalia que, posiblemente, provoquen nuevas medidas por parte del primer país, señala Eichengreen.
Sin embargo, Simon Lester, investigador del Center for Trade Policy Studies, un centro de estudios de comercio internacional con sede en Washington, considera que el de guerra comercial resulta un término muy problemático, que puede significar muchas cosas a la vez.
De acuerdo con el especialista, se trata, en realidad, de un amplio rango de conflictos comerciales, que pueden ir desde una simple limitación para la importación de un producto hasta una disputa política por una razón económica entre dos o más naciones.
¿Cómo se combate en una guerra comercial?
Raj Bhala, profesor de la Universidad de Kansas (Estados Unidos) especializado en la legislación del comercio internacional, explica que las formas en que actúan los países implicados en estas disputas dependen del alcance de las medidas que generaron el conflicto.
En fechas recientes hemos oído hablar de productos como el acero y el aluminio, pero hay que tener en cuenta que los sectores afectados pueden ir desde bienes hasta servicios o incluso propiedad intelectual, comenta.
Lester, por su parte, señala que este tipo de disputa suele tener varias fases y puede llevar a una escalada de tensiones.
Es una especie de acción-reacción-acción-reacción entre los países, agrega.
En 1930, por ejemplo, el Congreso de Estados Unidos subió los aranceles a determinados productos y muchos países respondieron subiendo los impuestos también. Fue en los inicios de la Gran Depresión y probablemente la hizo mucho peor, considera.
Bill Reinsch, quien fuera presidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior de Estados Unidos, asegura que la forma en la que actúan las naciones durante una disputa de este tipo se basa en ataques comerciales de acciones compensatorias.
Una especie de ojo por ojo y diente por diente: yo te voy a hacer lo equivalente a lo que tú me hiciste a mí y si tú me haces más, yo haré lo posible por hacerte miserable y hacerte más de lo que tú me hiciste a mí, comenta el también experto del Center for Strategic and International Studies, un centro de estudios globales con sede en Washington.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos considera que la decisión obedece a que su país sufre de un comercio injusto de sus competidores y que las nuevas medidas garantizarán una mayor paridad en los intercambios comerciales y reducirá los déficits.
¿Cuáles son las principales armas que se utilizan?
Básicamente, hay dos: la principal son los aranceles, que son impuestos a las importaciones, y las cuotas de importaciones, que son límites a la cantidad de determinados productos que se puede importar, señala el experto del Center for Trade Policy Studies.
Añade que, en dependencia de las regulaciones, son posibles también restructuraciones en las políticas de gobierno respecto al país que impuso las medidas.
Lo otro es que, como pasó durante la crisis de 1930, puede comenzar con un producto y luego extenderse a muchos otros como respuesta y agravar o conducir a una crisis económica, sostiene.
Reinsch, por su parte, señala que es menos común utilizar un sistema regulatorio o medidas proteccionistas, que, en su opinión, buscan enmascarar las represalias.
Un ejemplo: cuando la Unión Europea prohibió la importación de pollo clorado porque consideraba que no cumplía los estándares sanitarios de la comunidad para muchos, fue visto como una manera de controlar la entrada del pollo estadounidense, que era muy competitivo en ese mercado, señala.
Consecuencias y principales afectados
El resultado más directo es el aumento de los precios: los consumidores tendrán que pagar más por el mismo producto, señala Simon Lester desde el Center for Trade Policy Studies.
Si una empresa alemana, por ejemplo, vende carros en Estados Unidos y debe pagar aranceles más elevados para la importación de ese producto, tiene dos posibilidades, o asumir el costo o subirlo para que sea pagado por el que lo compre. Y generalmente, suele pasar lo segundo, detalla.
Lo mismo sucede con los exportadores. De acuerdo con el profesor de la Universidad de California, este tipo de disputas comerciales conducen a la interrupción del comercio y de las cadenas de suministro globales, lo que daña la rentabilidad de las empresas que importan insumos y exportan productos.
Pero los analistas aseguran que las meras amenazas de una guerra comercial también tienen su impacto negativo en el mercado de valores.
Uno de los principales reflejos es su impacto en la bolsa, dado que los inversores se ponen nerviosos, cuando ven en esto un síntoma de inseguridad. Entonces, caen los valores y también, la confianza del consumidor y de los usuarios, señala el especialista del Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales.
La Casa Blanca, no obstante, desestimó que la medida pueda implicar una subida de los precios y consideró que, en cambio, puede llevar a una consolidación de las industrias nacionales y a la generación de empleos.
Todos pierden
La directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, afirmó que nadie gana en una guerra comercial y vaticinó que un nuevo conflicto de este tipo dañaría el crecimiento económico global.
Los especialistas consultados por BBC Mundo coinciden en que los resultados de una disputa de este tipo son generalmente negativos. El 99,9% de los economistas cree que las guerras comerciales perjudican económicamente a los países beligerantes y que, como resultado, todos los países pierden, apunta Barry Eichengreen.
Por su parte, el expresidente del Consejo Nacional de Comercio Exterior de Estados Unidos opina que tampoco cree que sean fáciles de ganar.
A través de la historia hemos visto que cuando algún país toma medidas restrictivas para la importación de ciertos productos, es difícil que los países afectados no respondan. Y esto puede llevar a que más productos se vean afectados. Sinceramente, no veo ningún ganador en estas disputas, afirma.
Sectores estratégicos
Inicialmente parecía que la confrontación podría limitarse a gestos simbólicos y amenazas. Ahora, sin embargo, el choque económico entre Estados Unidos y China parece estar cada vez más cerca de una guerra comercial abierta.
Este miércoles, Pekín anunció un plan para imponer aranceles de 25% a la importación de unos 106 productos estadounidenses valorados en US$50.000 millones.
La medida fue hecha pública apenas horas después de que el gobierno de Donald Trump había revelado que impondría medidas por un monto similar a la importación de 1.300 ítems procedentes de China, incluyendo autos, televisores y piezas de aviones.
Esta es la segunda vez en una semana que ambos países aprueban medidas recíprocas que afectan el comercio bilateral.
Pero mientras los primeros aranceles anunciados por China, como respuesta a los impuestos a las importaciones de acero y aluminio aprobados por Trump, afectaban a productos que solo representaban un valor de unos US$3.000 millones, la nueva oleada tiene un alcance muy superior.
El anuncio de Pekín impactó en las bolsas de valores que reaccionaron con bajas en las cotizaciones ante la creciente incertidumbre aunque luego se recuperaron parcialmente de esas caídas.
Estos son los cinco sectores clave afectados por las nuevas medidas aprobadas por China.
Agricultura: los nuevos aranceles anunciados por Pekín impactan a muchos productos agrícolas como la soya, el maíz, el algodón o el tabaco. Muchos de estos son cosechados en estados gobernados por el Partido Republicano, por lo que según varios analistas podrían servir a China como herramienta de presión sobre Trump de cara a las elecciones legislativas de noviembre.
Aviones de pasajeros: Pekín también aplicará los nuevos aranceles a los aviones comerciales de pasajeros, que en 2017 fueron la exportación más valiosa de Estados Unidos a China alcanzando un valor de US$23.000 millones. Sin embargo, la medida se limitará a aeronaves de menor tamaño, por lo que puede que su impacto sea limitado.
Vehículos todoterreno: la industria automotriz estadounidense también se podría ver afectada si los aranceles anunciados por China llegan a entrar en vigor, pues la lista de Pekín incluye los vehículos todoterreno ligeros (SUV, por sus siglas en inglés). El valor de las exportaciones estadounidenses de este tipo de medio de transporte hacia China en 2017 se ubicó en unos US$7.800 millones.
Carne: aunque en mayo de 2017, Pekín y Washington llegaron a un acuerdo para que se permitiera nuevamente la venta de carne de ganado vacuno estadounidense en China, ahora este producto ha sido incluido en la lista de los afectados por los nuevos aranceles.
Productos químicos y plásticos: en torno a 40% de los ítems incluidos en la lista presentada por Pekín son químicos y plásticos. China representa el tercer mercado de exportación para los productos químicos de Estados Unidos, según datos del Consejo Estadounidense de la Industria Química.
Ni China ni Estados Unidos han precisado la fecha en la que entrarán en vigor las nuevas tarifas, por lo que los analistas creen que aún hay margen para que los dos países negocien un acuerdo que les permita evitar caer en una guerra comercial abierta.
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