La gran mayoría de nosotros trabajamos dentro y fuera del hogar.
Los tiempos parecen no rendir lo suficientes, el cansancio es constante y mi nivel de tolerancia cada vez es menor. A veces podemos tomarnos dos o tres horas a la semana para hacer actividad física, pero igual sigo cansada.
Cuando un paciente viene al consultorio siempre trato de indagar sobre sus momentos de tranquilidad. ¿Los tenemos en algún momento del día?
Nuestras glándulas suprarrenales liberan adrenalina, que nos ayudan a mantenernos alertas y resolver determinadas situaciones. Es normal y positivo tener este estrés que provoca el flujo adrenérgico que además moviliza el resto de las hormonas. Nuestro corazón late más rápido y el cerebro parece aumentar su alerta. Pero lo negativo es generar tantos picos que el cuerpo se desequilibra Distrés.
Muchas actividades: con horarios, con exigencias de todo tipo, ya sean físicas o emocionales desequilibran nuestro cuerpo y lo mantienen en constante estado de alerta.
De ahí que suelo sugerir a muchos de mis pacientes ese momento diario de paz, de permitir una oxigenación tranquila donde siento suavemente el descansar de cada músculo. Respirar, Relajarnos y?Reencontrarnos con nosotros mismos en un momento del día es vital para nuestra salud. Simplemente encontrar ese momento de paz y relajación.
Ciencia y salud
Varios estudios corroboran la mejoría de diversas patologías como presión alta, diabetes, colon irritable con la meditación adecuada. La que podemos hacer simplemente recostados, respirando, agradeciendo a Dios cada momento de mi día y sintiendo esa paz que mi cuerpo necesita para seguir, 15 minutos al día sirven para relajarnos y continuar.
Tratar de enfocar nuestra mente en el cuerpo y sentirlo significa quererlo y respetarlo.
Elongar y relajar cada músculo es oxigenarlo adecuadamente, es el comienzo de la desintoxicación y sanación.
Bíblicamente, Dios nos sugiere meditar ante cada situación difícil como él lo hacía. Luego nuestros avatares diarios y nuestro diario vivir nos pusieron en el camino mil cosas y olvidamos lo básico. Tomarnos esos minutos al día, nada más que 15 minutos pueden mejorar tu salud.
Probarlo no cuesta nada y puede significar mucho. Acompañarlo bebiendo infusiones como melisa o manzanilla nos ayudan a sentir los órganos relajados.
Cuando más cansados estemos, recordemos que es mejor consumir frutas como ananá, verduras verdes (esto nos ayuda a descongestionar el hígado) y regalarnos un baño relajante, 15 minutos de relajación marcan la diferencia para nosotros, nuestros hijos, esposo o esposa y todo nuestro entorno. ¡PROBEMOS !
Colabora
Marcela Campias
Médica. Clínica.
Especialista en Medicina Orthomolecular. CIMO
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