Desde la Capital del Trabajo, Benito Benítez compartió la experiencia que le dejó una vida de trabajo en el rubro y cómo fue adaptarse a los tiempos que corren.Carteros, testigos de amores y desamores, alegrías y tristezas confidentes casuales que la vida ponía en el camino, testigos silenciosos de los cambios culturales y tecnológicos que supieron adaptarse para continuar siendo parte de la historia, del día a día de todos, como Benito Benítez, encargado de la sucursal local del Correo Oficial de la República Argentina SA, Correo Argentino para todos, con más de tres décadas sobre sus hombros al servicio de la comunidad.
Benito comenzó siendo muy joven a andar este camino, con solo 18 años, al poco tiempo de volver de Malvinas. 36 años después, como responsable de la filial, entendió que la actividad cambió, debieron adaptarse, pero el correo, lejos de desaparecer, aún tiene mucho camino por recorrer.
Cambiaron algunas cosas, pero la parte de postal sigue igual, por supuesto que ahora estamos trabajando más como un banco, algo que antes no hacíamos; se hacía el famoso giro postal telegráfico, las cartas con estampillas, eso quedó un poco atrás, la gente opta por otros servicios, más rápidos, con más tecnología, una transferencia en un minuto está en cualquier punto del país, pero hay que tener en cuenta que hay sucursales en el interior que aún no tienen sistemas tecnológicos, explicó.
Sin embargo, aclaró, que aunque aún son muchas las personas, especialmente abuelas, que en Eldorado aguardan la llegada del cartero, es con el servicio de encomienda con lo que más se está trabajando, incluso nos queda chica la sucursal por tantos paquetes.
En Eldorado todavía hay 28 casillas de correo habilitadas, de las 500 que hubo alguna vez, personas que no quieren prescindir de ellas más que nada por una cuestión de afecto y prefieren hacer frente al costo de mantenerlas, alrededor de 800 pesos anuales.
Además, Benítez confió que cambió mucho el correo, por ejemplo, envías una carta certificada que sale 190 pesos y desde el celular podés saber dónde está a cada momento, quién y cuándo se recibió, se terminó la mentirita de ya te mandé, ahora tenés el control desde el momento que ingresó a la sucursal hasta la entrega, paso a paso.
Y confesó están entrando hasta 2 mil piezas de correspondencia por día y aún se tiene inconvenientes en las entregas por problemas en la direcciones, situación que se incrementa con una particularidad de Eldorado, es la única ciudad de la provincia que está dividida por dos códigos postales, 3380 y 3382.
Las sucursales de Correo Argentino dedican tiempo también a ayudar al público con trámites de la ANSES, del Banco Nación y pago de beneficios sociales, hay más trabajo, el correo se adaptó, está lejos de desaparecer, remarcó Benítez.
E hizo hincapié en que se genera cierta nostalgia cuando se recuerda cómo los chicos esperaban, el cartero era conocido en los barrios, te llamaban por el nombre, entrabas a la casa, te invitaban cosas, el trato cordial se perdió un poco, se siente eso y añadió que hay algo que nunca cambió, los perros, eternos enemigos de los trabajadores postales.
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Los grandes cambios en la tecnología y la comunicación que afectaron a la sociedad golpearon en mayor o menor medida a distintos sectores, uno de los más afectados, sin duda, fue el correo. Hoy ya casi no se envía una carta postal, incluso las nuevas generaciones no saben cómo hacerlo, y muchos otros ya no lo recuerdan. En el correo de Puerto Rico trabaja actualmente con un equipo integrado por cinco personas, abocado principalmente a lo comercial, no tanto a la comunicación, pues prácticamente toda la actividad de la institución pasa por la logística y la entrega de encomiendas, además de otros servicios, como Western Union, Pago Fácil y Giros.
Con cuarenta años de experiencia, el jefe del correo local, Luis Solís, apuntó que sin dudas la informática lo cambió todo, hoy la gente ya no envía cartas e incluso algunas personas que necesitan enviar algún documento nos vienen a pedir ayuda porque no recuerdan cómo hacerlo. Durante un tiempo el correo se quedó atrasado con respecto a estos cambios, pero después empezaron a invertir y a capacitar al personal, ahora, más adaptados, estamos trabajando para seguir ofreciendo a la comunidad un buen servicio.
Siempre nos ocupamos de que la gente esté conforme con nuestro servicio y todo el personal es excelente en este sentido, los distribuidores son muchachos muy dedicados y nunca hacemos volver una encomienda porque no encontramos la dirección, es nuestro trabajo encontrar y buscamos hasta dar con la persona; pero si finalmente no lo logramos, esperamos siete días antes de devolverla, para que la persona tenga tiempo de venir a buscar al correo, contó.
Finalmente, recordó varias anécdotas de sus tiempos de andar en la calle como cartero, pero de todas las experiencias acumuladas en cuatro décadas, recuerda con particular simpatía las vividas con los perros, los enemigos de los carteros: Siempre fue una pelea con este tema, principalmente con los grandes, y en este sentido tengo, tanto yo como cualquiera de los que hacen este trabajo, una infinidad de anécdotas.
A veces las teorías no salen del plano de lo conceptual. Hay una que dice que el que no se adapta muere, en el caso del correo lo vivieron en la práctica y salieron victoriosos, adaptándose para seguir adelante con su misión.
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