Cuando descargué una copia de los datos de mi cuenta de Facebook, nunca esperé ver tanto. Mi perfil no es muy abarcador; prácticamente no publico en el sitio ni le doy clic a los anuncios. (Podría decirse que soy un participante silencioso). Sin embargo, cuando abrí el archivo, fue como destapar una caja de Pandora.
Con unos clics descubrí que alrededor de 500 anunciantes -muchos de los cuales no sabía absolutamente nada, como Bad Dad (tienda de partes de motocicletas) o Space Jesus (una banda de música electrónica)- tenían mi información de contacto; eso incluye mi correo electrónico, número telefónico y nombre completo. Facebook también tiene los datos de todos mis contactos y hasta el número con el que puedo abrir a distancia la puerta del edificio de apartamentos en el que vivo. La red social hasta mantiene un registro de unas cien personas a las que eliminé como amigos en los últimos catorce años
incluidas mis exparejas.
Hay tantas cosas que Facebook sabe sobre mí; más de lo que yo querría descubrir que sabe. Al revisar todo lo que la empresa de Silicon Valley ha obtenido de mi propia cuenta, decidí entender mejor cómo y por qué mis datos fueron recopilados y guardados. También quise descubrir qué tantos de esos datos pueden ser borrados.
Durante la reciente comparecencia de Mark Zuckerberg ante el Congreso de Estados Unidos, el director ejecutivo de la red social dijo que Facebook tiene una herramienta para descargar tus datos que permite a las personas ver y sacar toda la información que han metido a Facebook.
Eso es una ligera exageración: buena parte de la información básica, como mi cumpleaños, no pudo ser borrada. Lo que es más, los pedazos de data recopilada que se me hicieron extremos, como el registro de personas a quienes borré de mi lista de amigos, tampoco pueden ser eliminados.
No borran nada, y esa es su política general, dijo Gabriel Weinberg, fundador de DuckDuckGo, que ofrece herramientas de privacidad en línea. Añadió que los datos son guardados para ayudar a las marcas a ofertar anuncios relativamente personalizados.
Beth Gautier, portavoz de Facebook, dijo: Cuando borras algo, lo retiramos para que no sea visible o accesible en Facebook. Agregó: También puedes eliminar tu cuenta cuando quieras. Puede que tarden noventa días en borrarse todas las copias de la información en nuestros servidores.
Recomiendo ampliamente revisar todos los archivos de tu Facebook si te importa cómo se guarda y utiliza tu información personal. Esto es lo que yo aprendí.
Facebook guarda más de lo que pensamos
Cuando descargas una copia de tus datos, obtienes una carpeta que tiene varios archivos y subcarpetas. La más importante es la que se llama Índice, o Index; básicamente contiene todos los datos en bruto de tu cuenta y ahí puedes revisar tu perfil, tu lista de amistades, la sección de Noticias y los mensajes, además de otras herramientas.
Algo que me sorprendió del Índice es una sección llamada Información de Contactos. Ahí estaban los 764 nombres y números telefónicos de todas las personas que tengo guardadas en mi iPhone. Al mirar más de cerca, me di cuenta de que Facebook había guardado toda esta información porque la di de alta cuando comencé a utilizar la aplicación de mensajería, Facebook Messenger.
Eso me preocupó. Esperaba que Messenger utilizara mi lista de contactos para encontrar a otras personas que ya utilizaban la aplicación para que las pudiera contactar más fácilmente y se quedara con la información de contacto respectiva únicamente en los casos de personas que ya usaban Messenger. Pero Facebook guardó la lista entera, incluidos los datos de mi mecánico, una pizzería y el botón para la puerta de mi edificio.
Eso me parece innecesario, aunque Facebook argumenta que guarda tus contactos telefónicos para mantener esa información sincronizada con la lista de contactos de Messenger y para encontrar a personas que recién se unieron al servicio de mensajería. Opté por quitar la opción de sincronizar y eliminé todas las carpetas con mis contactos telefónicos.
Mis datos de Facebook también revelan lo poco que olvida la red social. Por ejemplo, además de registrar la fecha exacta en la que me registré, en 2004, había datos de cuando desactivé mi cuenta en octubre de 2010 y la volví a dar de alta cuatro días después; ni yo recuerdo haberlo hecho.
Facebook también tiene un registro de todas las veces que abrí la red en los últimos dos años, según desde qué aparato y explorador web lo hice. En algunos de los días en el historial también hay registro de mi ubicación, como cuando estuve hospitalizado hace dos años o cuando visité Tokio el año pasado.
La red social tiene estos datos como medida de seguridad para registrar ingresos sospechosos desde aparatos o ubicaciones desconocidas, como cuando los bancos te envían una alerta de posible fraude si se usa tu tarjeta de crédito en un lugar que levante focos rojos. Esta práctica me parece razonable, entonces no intenté borrar la información.
Lo que sí me alertó fueron los datos que había eliminado de manera explícita y que pese a ello seguían ahí. En mi lista de amistades, Facebook tiene un listado de amigos eliminados, con las 112 personas a las que borré junto con la fecha en la que le di clic a Eliminar. ¿Por qué querría Facebook recordar a las personas a las que yo borré de mi vida?
La explicación de la empresa me dejó insatisfecho. La compañía dijo que podría utilizar esa lista para que esas personas no aparezcan en mi sección de Noticias cuando Facebook te muestra Un día como hoy, publicaciones en las que retoma memorias de años anteriores. Prefiero tener la opción de borrar para siempre la lista de amigos eliminados.
Los anunciantes lo ven todo
Lo que Facebook guardó sobre mí no es ni remotamente tan espeluznante como la cantidad de anunciantes que tienen mi información en sus bases de datos. Esto lo descubrí al darle clic a la sección de anuncios en mi archivo de Facebook, con lo que accedí a un historial de todos los anuncios a los que les di clic mientras estaba usando la red social.
Más abajo, hay una sección llamada Anunciantes con tu información de contacto, seguida de una lista de alrededor de 500 marcas; nunca había interactuado con la mayoría de ellas. Algunas sonaban sospechosas: una de ellas se llama Microphone Check, o Prueba de micrófono, aunque resultó ser un programa de radio. Otras marcas eran más conocidas, como Victorias Secret o AARP, la asociación estadounidense para personas de edad avanzada.
Facebook dijo que podrían aparecer anunciantes desconocidos en la lista porque habrían obtenido mi información de contacto de algún otro lado, después habrían sumado esta a una lista de personas a las que querían llegar y habrían subido tal lista a Facebook. Las marcas pueden subir sus listas de clientes con una herramienta llamada Audiencias personalizadas, que las ayuda a encontrar los perfiles de esos clientes para mostrarles anuncios.
Las marcas pueden obtener tu información de varias maneras, entre ellas:
Comprarla de proveedores de datos como Acxiom, que tiene una de las bases de datos comerciales sobre consumidores más grandes del mundo. Las marcas pueden comprar sets de datos como el contacto de personas de cierto sector demográfico y luego usar esa información para darles anuncios personalizados, según Michael Priem, director ejecutivo de Modern Impact, una empresa de mercadotecnia con sede en Mineápolis.
En marzo, Facebook anunció que limitaría la práctica de permitirle a los anunciantes poner anuncios a partir de información de terceros como Acxiom.
Utilizar tecnologías de rastreo como cookies y pixeles invisibles que se cargan en tu explorador web para recoger información sobre tus actividades en estos. Hay muchos rastreadores en Internet y Facebook ofrece diez distintos a las marcas para que puedan aprovechar tus datos, de acuerdo con Ghostery, que ofrece herramientas de privacidad para bloquear anuncios y rastreadores. Los anunciantes pueden tomar partes de los datos que recopilaron con rastreadores y subirlos a la herramienta de Audiencias personalizadas para mostrarte anuncios en Facebook.
También hay maneras más sencillas. Alguien con quien compartiste tus datos podría dárselos a otra entidad. Por ejemplo, si tienes un programa de lealtad con tu tarjeta de crédito, esta quizá comparta tu información con una cadena hotelera y esta, a su vez, la usa para mostrarte anuncios en Facebook.
El punto es que incluso la información de un participante silencioso de Facebook como yo, que no le ha dado clic a prácticamente ningún anuncio digital, está expuesta a una cantidad enorme de anunciantes. Esto no fue completamente sorprendente, pero ver la lista de las marcas desconocidas que tienen mis datos fue como recibir un balde de agua fría que lo volvió realidad.
Intenté contactar a algunos de esos anunciantes, como el fabricante de juguetes Very Important Puppets, para preguntarles qué han hecho con mis datos. No respondieron.
Más allá de Facebook
Seamos claros: Facebook es apenas la punta del iceberg cuando se trata de qué información han juntado sobre mí las empresas de tecnología.
A sabiendas de esto, también descargué copias de mis datos en Google. Los archivos de datos eran mucho mayores que los de Facebook. Tan solo el archivo de Google para mi cuenta de correo personal pesaba ocho gigabytes, comparable a la memoria necesaria para guardar dos mil horas de música. En comparación, mi archivo de Facebook era de unos 650 megabytes, alrededor de cien horas de música.
Lo que más me sorprendió es qué recopiló Google sobre mí: en un archivo llamado Anuncios, Google guardó un historial de todos los artículos noticiosos que he leído; desde una nota de Newsweek sobre empleados de Apple que se han estrellado contra muros de vidrio en sus nuevas oficinas hasta un artículo de The New York Times que presenta al editor de la columna de Modern Love.
En otra carpeta, titulada Android, Google tenía un registro de las aplicaciones que he abierto en un teléfono celular con ese sistema operativo desde 2015, con la fecha y hora en la que lo hice. Me pareció extremadamente detallado.
Google no respondió de manera inmediata a las solicitudes para hacer comentarios.
Algo que no me dejó tan mal sabor de boca fue el archivo de mis datos en LinkedIn. Pesa menos de un megabyte y tiene exactamente lo que esperaba: bases de datos con mis contactos en el servicio e información que sí había agregado a mi perfil.
Aunque eso fue poco alivio ante lo demás.
Les advierto: una vez que miras todos los datos que han sido recolectados sobre ti, no puedes obviar todo lo que viste.
Modificaciones prometidas
Más de dos días, tal vez diez horas.
Si analizaras cada momento de la comparecencia de Mark Zuckerberg frente al Congreso, escucharías una y otra vez la siguiente frase: Haré que mi equipo responda.
Algunos de los detalles eran cosas que Zuckerberg no tenía por qué compartir, como por qué un aviso publicitario específico sobre un candidato político en Michigan, Estados Unidos, no fue aprobado.
Otros, sin embargo, son cambios que requerirán un gran esfuerzo por parte de su equipo. Y podría resultar en titulares incluso más negativos para la compañía, pues se verá forzada a divulgar mucho más sobre su funcionamiento interno de lo que nunca quiso contar.
Echando un vistazo a las transcripciones, he contado más de 20 las veces en las que Zuckerberg prometió responder a los legisladores con más información.
Pero ahora la compañía se ha autoimpuesto una serie de tareas que podría darle algún que otro dolor de cabeza… y proporcionar varios datos reveladores.
1) Explicar cómo obtiene los datos de los perfiles ocultos
Usted dijo que todo el mundo controla sus datos, pero está recolectando información de personas que ni siquiera están en Facebook y que nunca le autorizaron a hacerlo ni firmaron un acuerdo de privacidad, formuló el congresista demócrata Ben Lujan (Nuevo México).
Conocidos como perfiles ocultos, la manera en la que Facebook reúne detalles de quienes nunca se registraron en su plataforma siempre fue todo un misterio. Incluso, aparentemente, para Mark Zuckerberg.
El empresario de 33 años declaró que no conocía el término, pero reconoció que su red social monitorea a los no-usuarios por razones de seguridad.
Zuckerberg prometió compartir más detalles sobre qué datos reúne de quienes no abrieron una cuenta en Facebook. También ofreció un desglose completo de la cantidad de puntos de datos que obtienen.
En una petición relacionada con esta cuestión, proporcionará detalles sobre cómo les sigue la pista a sus usuarios (en todos sus dispositivos) cuando no están conectados a Facebook.
2) Ofrecer más posibilidades de elección a los usuarios
Crear una nueva regulación puede ser un proceso bastante complejo.
Pero una cosa que podría hacer Facebook ahora es ofrecer un modelo que permita elegir más a quienes lo usan a la hora de hacer algo público (en lugar que sea público por defecto, como ocurre ahora).
Creo que debería comprometerse con eso, dijo el congresista demócrata Frank Pallone (Nueva Jersey).
En una línea similar, Zuckerberg dijo que proporcionaría una solución para que la compañía recabe menos información sobre sus usuarios.
3) Actuar sobre el sesgo de los algoritmos
¿Hubo una directriz para establecer un sesgo (en los algoritmos)? Y, primero que todo, ¿eres consciente de ese sesgo que mucha gente ha observado y analizado?, fue la pregunta del republicano Steve Scalise (Louisiana).
Una sorprendente admisión hecha por Zuckerberg antes de estas audiencias fue que a pesar de que sabía que su compañía cometió grandes errores, nadie ha sido despedido por el escándalo de Cambridge Analytica.
El congresista Steve Scalise quiso llevar un paso más allá las cuestiones sobre su responsabilidad.
En casos en los que Facebook admite que modera el contenido, ¿qué tipo de repercusiones tienen los responsables? Si alguien creó un algoritmo que filtró injustamente ciertos puntos de vista políticos, ¿cuál es el castigo que merecen?
Zuckerberg tendrá que tomar medidas al respecto.
4) Crear normas específicas para proteger a los niños
Estamos dejando esos niños en las manos de los depredadores comerciales más agresivos del país, que los explotarán… a menos que pongamos algunas normas, dijo el senador demócrata Ed Markey (Massachusetts).
La edad mínima para poder usar Facebook son trece años, sin contar Messenger Kids (Messenger para niños), también de Facebook.
Esta última no recaba el mismo tipo de datos que otras aplicaciones de la red social.
Sin embargo, para quienes tienen entre 13 y 18 años, o tal vez 21, lo que comparten en esos años tan delicados debería estar protegido por leyes más estrictas, indicó Markey.
Zuckerberg dijo que la idea merecía mucho debate, pero tal vez no una nueva ley. Y prometió hacer que su equipo desarrolle los detalles.
Por Brian X. Chen
Artículo publicado
en nytimes.com
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