El 13 de abril de 2014, un colectivo cayó al vacío cuando intentó trasponer el viejo puente Acaraguá en Alba Posse dejando como saldo de la fatal jornada de domingo, tres muertos y al menos 30 heridos de distinta consideración.
Cuatro años después, hay un puente nuevo inaugurado recientemente pero no hay Justicia. Esa que muchos jueces tienen recelo de hacer realidad vaya a saberse por qué razones.
Lamentablemente el Juzgado obereño a cargo de la causa en la que hace mucho tiempo que no brinda datos de los requerimientos que pudo haber ordenado con el fin de determinar las responsabilidades que le caben a cada uno de los encargados de velar por la seguridad de los entonces transeúntes sobre un viaducto que no podía soportar el peso que le autorizaron a circular por encima del que la situación posibilitaba.
En la causa en la que se había puesto la lupa sobre algunos funcionarios de Vialidad Provincial en la gestión de Julio Duarte (él incluido) como de la Policía de Misiones ni siquiera se conoce la situación procesal de los inicialmente imputados.
¿Fue un accidente? ¿Se pudo prevenir? ¿Hubo negligencia de algún funcionario público? Preguntas que la Justicia obereña, el STJ como máxima autoridad del Poder en Misiones no le dieron respuestas a los familiares de las tres víctimas fatales, a los heridos ni a la sociedad que las espera.
El Estado provincial reaccionó positivamente a la tragedia. No solo levantó un nuevo puente sobre el Acaraguá sino que creó un plan para reemplazar 100 puentes en distintos puntos de la geografía misionera.
Ahora le falta a la Justicia de Oberá hacer su parte y no dejar que los misioneros profundicen la sensación de impunidad.
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