Todo fue confirmado tras una segunda autopsia solicitada por el juez de la causa. Investigan al médico que realizó el primer examen forense.Un giro inesperado fue el que dio ayer la investigación por la muerte de Franco Emanuel Sotelo (24), después de que en una nueva autopsia solicitada por la familia apenas minutos antes del entierro se hallaran rastros de dos balazos en el cuerpo del joven acusado por el abuso de la niña de seis años en Pozo Azul, quien murió bajo las ruedas de un camión el último martes por la tarde en la capital provincial.
Fueron familiares del propio Sotelo quienes alrededor de las 11 de ayer, mientras lo velaban, descubrieron dos heridas, una en el codo izquierdo y otra en la espalda, en el cuerpo del difunto. La propia madre se presentó entonces ante la Fiscalía y radicó una denuncia. Sin saberlo, aquello fue la punta de un ovillo que comenzó a desarmarse durante la jornada y que continuaba anoche, al cierre de esta edición.
La denuncia de la mujer encontró eco en el Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, a cargo de Marcelo Cardozo. Una foto del codo del cadáver con un llamativo orificio -que la familia no tardó en relacionar con un balazo- circuló a la velocidad de la luz en las redes sociales, al mismo tiempo que el juez resolvía recuperar el cuerpo para realizar estudios complementarios que, con el devenir de los acontecimientos, se transformarían en una nueva autopsia que continuaba aún durante la madrugada de hoy en la Morgue Judicial.
La novedad, de profunda gravedad, abrió una decena de hipótesis en torno a la muerte de Sotelo y a la propia investigación que lo vincula con la golpiza y abuso a la pequeña en el interior provincial. Por lo pronto, bajo la mira de la Justicia provincial se encontraba anoche justamente uno de sus integrantes, el médico forense que realizó la primera autopsia y que no informó a las autoridades ni sobre el plomo que tenía el cuerpo ni sobre la herida de arma de fuego encontrada ahora en un brazo.
Las sospechas de la familia
Según pudo saber PRIMERA?EDICIÓN, el desenlace comenzó a gestarse alrededor de las 11 de ayer en una casa de sepelios de avenida Lavalle y Japón de Posadas. Allí, al parecer cuando acondicionaba el cuerpo, la familia descubrió una herida similar a un balazo -con orificio de entrada y salida- en el codo izquierdo del cadáver.
Indignada, la mujer se presentó en la Fiscalía a relatar lo sucedido y denunciarlo. Al respecto, recordó también un audio que se hizo viral apenas se conoció la muerte de Sotelo, en el que una vecina no identificada aseguró que había escuchado dos disparos al momento de ver correr al prófugo en plena autovía de acceso a la ciudad.
Cardozo ordenó la suspensión de la ceremonia de despedida y el secuestro del cadáver para los mencionados estudios complementarios, además de una custodia especial de efectivos del Escuadrón 50 de Gendarmería Nacional al cuerpo y la intervención de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (SAIC) del?Poder Judicial.
Al tomógrafo del hospital
La atención se centró entonces en la Morgue Judicial de la capital provincial, hasta donde fue trasladado el cuerpo. El movimiento en la escena se profundizó alrededor de las 17.05, cuando con la presencia de las autoridades se procedió al traslado del cadáver hacia el Hospital Escuela de Agudos Ramón?Madariaga.
En ese centro asistencial, el cuerpo fue sometido a una tomografía, que arrojó los primeros resultados: el examen dejó ver un objeto sólido en la espalda de Sotelo. Ante la gravedad de la situación, pasada por alto por el encargado de la primera autopsia, Cardozo ordenó de inmediato la realización de un segundo examen forense.
Ese procedimiento se inició minutos después de las 18.20 de ayer, nuevamente en la Morgue Judicial, con un equipo médico diferente. Iniciamos la autopsia desde cero, explicó una fuente a PRIMERA?EDICIÓN, ayer por la noche.
Dudas y teorías
La segunda autopsia comenzó a realizarse alrededor de las 19. Y la información comenzó a trascender unos pocos minutos después. Al respecto, las fuentes confirmaron que la familia de Sotelo no estaba equivocada: del cadáver los médicos extrajeron un plomo?calibre 22 milímetros y confirmaron, además, una lesión con orificio de entrada y salida en el codo izquierdo. El origen del proyectil como de la lesión son ahora materia de investigación.
La situación, grave por donde se la observe, dejó en el ojo de la tormenta, primero, al médico que realizó la primera autopsia. Sucede que, según trascendidos, en las propias radiografías realizadas en la mismísima Morgue ya constaría el plomo ubicado en la espalda del joven. Sin embargo, el profesional forense no habría realizado alusión alguna sobre aquel dato -por demás trascendental en una investigación como esta- en el informe elevado al juez de la causa.
Además, abre toda una serie de hipótesis en cuanto a la causa del deceso de Sotelo, quien permaneció prófugo al menos 48 horas en un monte de Garupá hasta que fue descubierto y perseguido por efectivos de la Policía provincial el último martes por la tarde.
Aquella primera autopsia estableció que la causa de la muerte del sospechoso fue por los golpes que sufrió al ser arrollado por un camión en plena autovía. No obstante, en virtud de los recientes descubrimientos, la Justicia no descartaba absolutamente nada.
Anoche la segunda autopsia continuaba, por lo que se espera que en las próximas horas, ya con los resultados definitivos, Cardozo ordene una serie de medidas tendientes a establecer cómo murió Sotelo y qué fue lo que ocurrió alrededor del operativo policial efectuado en la escena del deceso.
Desenlace fatal
La historia comenzó a gestarse el último sábado por la mañana, minutos después de las 10, cuando un joven a bordo de un Volkswagen Gol blanco, de dos puertas, interceptó a las dos hermanas, de seis y once años, cuando caminaban por la ruta provincial 20, a metros de la intersección con la ruta provincial 17, en Pozo Azul.
Según el relato de las víctimas, el acusado golpeó con un fierro en la cabeza a ambas. Entonces secuestró a la menor, quien fue hallada varios minutos después en un campo cercano a Santiago de Liniers.
La pequeña estaba desnuda y, entre llantos, contó que el conductor de ese Gol tenía varios tatuajes distintivos y que la violó para luego abandonarla. El estado de la víctima era desesperante y así llegó a Posadas, donde permanece internada bajo pronóstico reservado.
Al decir de la investigación, el autor del hecho resultó ser Sotelo, quien posee un innumerable legajo judicial por hechos en contra de la propiedad. Se inició entonces la búsqueda de ese sospechoso, que arrojó los primeros resultados en la tarde del último domingo en el barrio Los Kiris de Posadas, cerca de avenida Ituzaingó y Zapiola.
Sin embargo, cuando los policías llegaron, el acusado ya no estaba. Se supo luego que había sido advertido a través de un mensaje de texto por un suboficial con prestación de servicios en la comisaría Primera, quien fue inmediatamente detenido.
A la caza del sospechoso, unos 350 policías rodearon una zona de espesa vegetación emplazada cerca del expuente de la ruta nacional 12 sobre el arroyo Garupá, en la localidad homónima. Vecinos aseguraron que desde allí había intentado sin éxito cruzar hacia el Paraguay.
El desenlace tuvo lugar el último martes a las 16.45, cuando Sotelo fue descubierto y perseguido por policías del GOE. Saltó el cerco que divide la autovía de la ruta nacional 12 pero, en el carril de egreso de la ciudad, pereció bajo las ruedas de un camión. Ahora se busca saber qué fue lo que sucedió allí.
Un intrépido ladrón y asaltante de gustos caros y autos importados
Detrás de las causas por delitos contra la propiedad que registraba Franco Emanuel Sotelo en la mayoría de las circunscripciones judiciales de la provincia, comenzaron a conocerse detalles que no dejan de producir sorpresa.
Fuentes exclusivas de PRIMERA EDICIÓN remarcaron que entre los vehículos que le fueron secuestrados cada vez que fue detenido, fueron abiertos catorce expedientes por robos y asaltos que lo involucraron, todos fueron automóviles y hasta motocicletas de alto valor comercial.
El caso de mayor atención, es un suntuoso rodado importado de fabricación alemana de la marca Audi, que permanece bajo disposición de un juzgado de instrucción penal de Eldorado y que estaba próximo a ser entregado como depósito judicial a la Policía provincial.
Oficializada la muerte de Sotelo, el bien pasaría a formar parte de la herencia o sucesión de lo que estuviera a su nombre. Surge así teniendo en cuenta que ya no puede ser juzgado porque la acción penal finalizó cuando pereció sobre la ruta 12, el martes a las 16.45 en Garupá.
Con este lujoso transporte habría sido detenido luego se asaltar a un empresario en Bernardo de Irigoyen. Pocas horas después fue atrapado y cuando se le secuestró el automóvil fue hallada la mitad del dinero que obtuvo como botín.
Meses después, durante el 2017, fue allanada la vivienda que alquiló en Jardín América y donde montó una supuesta base de operaciones para cometer al menos tres robos mediante escalamiento y escruche, donde se alzó con jugosos objetos y montos de dinero en efectivo.
En la casa de Jardín América volvieron a secuestrarle un rodado de alto valor, que tampoco solicitó su restitución.
Salía de prisión, por caución o falta de mérito y no se molestaba en pedir los autos o motos que compraba a su nombre, resaltó una voz de su entorno y confianza que contactó a este Diario.
Corren los días y continúan apareciendo los episodios delictivos y expedientes que lo tienen involucrado. Con una salvedad de por medio, el único hecho por privación de la libertad, lesiones graves y abuso sexual ultrajante en el que se lo involucra es el macabro caso de Pozo Azul.
Rechazan excarcelación del sargento de la policía
El juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, rechazó ayer el pedido de excarcelación planteado por la defensa del suboficial de la Policía de Misiones detenido presuntamente por colaborar para que Franco Emanuel Sotelo escape del procedimiento en el barrio Los Kiris el domingo por la tarde, cuando se lo buscaba como principal sospechoso de raptar, violar y golpear hasta dejar inconsciente a la niña de seis años en un paraje de Pozo Azul durante la mañana del sábado.
El instructor decidió negarle la salida de su celda ante la posibilidad que obstaculice la investigación aún abierta. No obstante, el delito que se le imputa, encubrimiento (artículo 277 del Código Penal) es excarcelable y se analiza la libertad bajo caución.
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