Ernesto Doedderer – Posadas (Misiones) Señora Directora: Pasan los años y hay muchas cosas que no mejoran, más bien diría, empeoran y las soluciones no aparecen lo que a la larga decepciona a quienes tributamos religiosamente mes a mes sin entender del porqué de todo lo que sucede, mientras los vivos y pícaros disfrutan y se ríen de nosotros.
El servicio de energía eléctrica se fue deteriorando por dos cuestiones: falta de inversión para renovar el cableado de la mayoría de los sectores que cuentan con cables de más de 50 años -entre otros insumos y equipamiento- y el creciente número de usuarios que instalaron un by pass para disminuir notablemente su consumo o enganchados directamente sin importarles que pasan a cometer hurto de energía eléctrica, artículo que consta en el Código Penal y sin embargo las autoridades no lo aplican.
Esta situación irregular se da en muchos usuarios que pueden pagar el consumo total sin trampas, porque tienen un ingreso suficiente para cumplir con su obligación.
Pero el pretexto que ahora utilizan es el constante incremento en la tarifa del Kw, pero eso es mentira porque esta infracción vienen desde hace años y fue aumentando proporcionalmente al crecimiento de la población de la ciudad.
Según los toma lectura, pasan la información al sector correspondiente, pero la situación irregular continúa y quienes deben tomar las medidas pertinentes también argumentan que no pueden modificar los casos detectados.
Quizás el mal ejemplo lo dio Pilatos, quien para salvar el compromiso de condenar, hábilmente ¡se lavó las manos! y eso se fue reflejando en quienes con poder continuaron con la misma actitud.
Todos sabemos, o por lo menos la gran mayoría, de que muchas cosas vienen mal barajadas y lo peor de todo esto es que no hay modificaciones, ni siquiera intenciones de realizarlas; por lo pronto, los cumplidores somos los que mantenemos cierto equilibrio en el servicio aunque los números siguen en rojo púrpura- y los avivados siguen sin recibir el castigo que se merecen, generando más hurtos.
Hay que aclarar que la referencia es hacia quienes pueden pagar y no pagan, aunque si se tomaran las medidas correspondientes seguramente el 95% pagaría su consumo y el ingreso a caja aumentaría notablemente.
En otro ámbito de irregularidades aparece la permanente protesta de los inspectores de tránsito y de los recolectores de residuos de la Municipalidad, lo que ya pasa los límites de lo regular, de lo legal.
Todas las gestiones municipales han permitido el ingreso de personal a sabiendas de que en planta permanente ya había saturación de empleados y como siempre se dijo: El hilo se corta por el lado más fino, pues entonces pagan los que hacen el trabajo sucio o exigente, dando así lugar a los que cómodamente ocupan una silla en oficinas con aire acondicionado y sin mayores exigencias. Obviamente que están los que cumplen a raja tabla y cuidan su puesto haciendo lo que se les asigna, pero no superan el 50% del plantel administrativo.
Por ese motivo han dispuesto una serie de medidas y exigencias al ciudadano para recaudar, cueste lo que cueste, sin importarles si el afectado puede pagar las abultadas multas para cada caso.
Es evidente que la falta de capacidad y compromiso del responsable, hace que las cosas no mejoren y el contribuyente tendrá que seguir cubriendo el déficit que se fue generando en cada gestión.
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