En medio de un espacio de intenso verde, se encuentra el misterioso rincón del municipio de Aristóbulo del Valle.La erosión que durante mucho tiempo efectuaron las aguas del arroyo Cuña Pirú generó esta caída de agua de 64 metros de altura, en un cañadón profundo, rodeado de vegetación, atractivo principal del parque visto por primera vez en junio de 1936.
Arribar es fácil, transitando por la ruta nacional 14, a doce kilómetros de Aristóbulo del Valle, se accede a la ruta provincial 220 y, tras recorrer cuatro mil metros, se encuentra el ingreso al parque.
Varios senderos que recorren el Parque Provincial Salto Encantado el visitante podrá adentrarse en la selva, despertar todos los sentidos y vivir una mágica experiencia.
Las sendas en deck dan la posibilidad de sentir la frescura del monte, la vibración del agua al chocar contra las piedras que continúa su curso por el valle sobre el suelo de basalto, culminando en miradores con diferentes vistas al Salto Encantado. Otros cuatro saltos y cascadas complementan la aventura, accediendo a ellos por medio de sendas agrestes algunas más largas y dificultosas para los más aventureros, como la que conduce a Salto la Olla y cascada del Picaflor, en cuyo recorrido pueden descubrirse los misterios de la selva y adentrarse al corazón del parque; otras más cortas que permiten llegar a saltos más pequeños pero no menos encantadores como el salto Escondido y Acutí.
Sin dudas este rinconcito misionero invita a descubrir la gran diversidad de especies vegetales y animales que pueblan la provincia. En plena selva misionera el parque es refugio de más de una treintena de especies de mamíferos y alberga a alrededor de 200 especies de aves, el vapor emanado por la cascada y los acantilados crean un ambiente propicio para la presencia del vencejo de collar, un pájaro parecido a la golondrina y de rara distribución. También es muy común toparse con lagartos, ardillas y mariposas. En cuanto a la flora, se destacan comunidades de guatambú blanco, loro negro y cedro, entre otras. Además, el lugar ofrece todas las comodidades para disfrutar de un magnífico momento.
Encanto guaraní
Cuenta la leyenda que en esta fascinante selva misionera vivían dos tribus enemigas, una comandada por el cacique Aguará, temido y valiente guerrero, y la otra por el patriarca Jurumí.
La aldea de Aguará presumía de la más bella del lugar, su hija Yete-í, una mujer de carácter fuerte como su padre, hermosa como la luna, desvelo de todos los caciques de la región, codiciada y deseada, por quien ofrecían las más increíbles riqueza.
Por otra parte, la aldea enemiga tenía al hombre más valiente que se haya conocido, su nombre era Cabure-í hijo del cacique Jurumí.
El dios de los guaraníes, Tupã Tenondete, tenía un capricho, quería cruzar los caminos de estos bellos jóvenes, por lo que preparó el momento propicio para sus encuentros.
Cabure-í estaba cazando en la selva, divisó en un claro del monte una finísima figura, y quedó hipnotizado; pero un grito de espanto de Yete-í al ser atacada por un yaguareté lo hizo reaccionar y se lanzó en su defensa, clavando su daga en el corazón del animal.
Tupã hechizó el lugar, sus miradas se cruzaron y triunfó el amor. Los días siguientes la pareja se encontraba a escondidas en la selva hasta el momento en que descubrieron quiénes eran.
Los caciques rechazaron esta relación, desatando una sangrienta guerra, al enterarse Yete-í corrió al sembrado de guerra, dejando a su paso arroyos por sus lágrimas, llegó a lo alto del lugar, Cabure-í corrió en su encuentro y la levantó en sus brazos cuando los guerreros de ambas tribus dispararon sus flechas acabando con ambas vidas.
Enfurecido, Tupã Tenondete lanzó un rayo a la lomada, formando un gran surco en la tierra, del que caen las lágrimas de la hermosa Yete-í y selló así la paz para ambas aldeas.
El salto se encuentra dentro del Parque Provincial Salto Encantado, dentro del departamento de Cainguás, a 126 kilómetros de Posadas y a 240 de las Cataratas del Iguazú.
Coordenadas.
LAT:27°03’30.5″S. LONG:54°4 9’40.0″ O.
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