Cada persona es como un balde o recipiente de agua. El agua representa lo que uno tiene para dar. Cuando uno da sin recibir empieza a generar vacío, desequilibrio. La autoestima o amor propio consiste en saber reconocer cuándo se está dando de más o se está dando sin recibir lo que se está dando y dejar de hacerlo. Observar quién está dando y qué, y retribuirlo, es lo más saludable. Mantenerse lleno, pero en el fluir. Porque cuando no doy nada también hay desequilibrio. El agua se evapora, se contamina.
Somos personas que nacemos en amor, somos por naturaleza amor y eso hace que estemos siempre predispuestos a dar, por el don del amor.
Cuando esto no es así, el motivo casi siempre viene de los daños y las heridas que vamos viviendo a medida que crecemos, que experimentamos la realidad. Pero muchas veces no hay experiencia válida que nos impida dar. ¿Y qué sucede cuando damos sin observar lo que estamos haciendo en el dar? Muchas veces caemos en el reclamo, en la queja, en la angustia de no recibir
pero, ¿por qué sucede esto? Por dos motivos:
Primero porque lo que damos lo hacemos pensando en recibir, en dar para ser aceptados, valorados, reconocidos, estamos dando con el afán de un propósito posterior que nos retribuya y cuando no nos retribuyen nos sentimos mal y vacíos, carentes, ahí es cuando la exigencia para con los demás se vuelve tediosa y hasta humillante muchas veces.
El segundo motivo es que muchas veces damos sin que se nos pida, por ende invadimos al otro sin permiso, solo por el hecho de creer que el otro necesita y a veces lo que el otro necesita es que no lo asfixien con el dar ni con la responsabilidad de recibir y corresponder sin haber pedido. En estos casos nos volvemos perpetradores aunque la intención sea ayudar.
La forma de mantener el equilibrio es esperar a que el otro realice un pedido de ayuda. Si percibes que el otro no sabe gestionar pedidos de ayuda puedes ofrecerte como posibilidad y respetar sus tiempos y espacios. Porque inclusive muchas veces aunque el otro se queje de alguna carencia o necesidad lo que está haciendo es solamente eso, quejándose, no quiere salir de su situación o mejorar.
Cuidar la energía de uno es cosa de uno. Cada quien debe aprender a mantener su balde de amor propio lleno para estar disponible cuando alguien lo pida y retribuya llenándote con palabras de agradecimiento, que siempre es más que suficiente.
Todo se aprende, no nacimos sabiendo todo, nacimos llenos de amor, pero no sabiendo cómo amar sanamente ni cómo cuidarnos, que es fundamental para poder cuidar a los demás.
Colabora
Natalia de las Nieves
Coach y Terapeuta
Motivacional
En Facebook: Rincón
De Luz y Bienestar
3764-4366593
Discussion about this post