Junto con Misiones, otras provincias amigas y enemigas de la administración central iniciaron ayer sus asambleas legislativas con un común denominador: las tarifas.
Con el mundial de fútbol a la vuelta de la esquina, al Gobierno nacional se le acortan los tiempos para desarrollar su plan de ajuste. Rusia servirá entonces de agente adormecedor y lo que pase después es materia del futuro… total el segundo semestre siempre está por venir.
Pero de vuelta a las provincias, ayer hubo acuerdo entre los gobernadores en que lo de las tarifas es cosa seria.
La opositora catamarqueña Lucía Corpacci fue al hueso al manifestar que pagar las tarifas de energía es una medida imposible de cumplir, y aclaró que la Provincia no cobra ningún impuesto provincial en las facturas.
Es imposible para todos; por el ciudadano común, por las industrias, para los pequeños emprendedores, para los comerciantes, para las PyME. Mi sincera preocupación es que volvamos a una época en donde la gente estaba en su mayoría colgada, dijo ante la asamblea.
El aliado mendocino Alfredo Cornejo, buscó el dato positivo en medio de la crisis y en su discurso de apertura celebró que su gobierno pueda facilitar el pago de la factura de gas para los mendocinos, gesto poco serio si se tiene en cuenta que Cornejo es presidente de la UCR, principal socio político del PRO en Cambiemos y quien hace apenas días pidió la cabeza del ministro de Energía Alfredo Aranguren por los bruscos aumentos de las tarifas.
El también opositor santafecino Miguel Lifschitz también se refirió al tema y si bien admitió que había que hacer correcciones, lo ideal era hacerlo gradualmente.
No se puede tomar esta medida como si no tuviera nada que ver con la inflación, como si fuera un problema técnico, se quejó Lifschitz.
Lo dicho, el tema preocupa y trasciende las paredes de la Casa Rosada. Los únicos que parecen no saberlo son quienes la habitan por estos días.
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