Es licenciada en Musicoterapia y lanzó su disco Río, río. Integró el coro de Beby D'Indio y en Buenos Aires formó una agrupación coral con profesionales de la exCasa Cuna.La música siempre estuvo presente en su infancia y su adolescencia. Así, María Kislo dedicó su vida al canto y a ayudar a los bebés y niños a través de la música. Hoy presenta su disco Río,río cargado de zambas, chacareras y aquella música litoraleña que la vio nacer.
La profesional y cantante nació en Posadas y encontró en la música lo que le hace feliz. En la primaria iba a catequesis en la parroquia de la Sagrada Familia, y la señora que estaba en la sacristía, que era una maestra jubilada, me dijo nena tenés una linda voz, y me enseñó a cantar el Ave María de Schubert, contó Kislo a PRIMERA EDICIÓN.
En la entrevista comentó que su amor por la música viene desde la niñez, cuando su padre ponía el disco de la Misa Criolla los domingos por la mañana y su madre, música folclórica por las tardes. Melodías que quedaron grabadas en su memoria y su alma.
Inicio con la música
Fue así que, con 11 años, María Kislo ingresó al coro de la profesora Norma Beby DIndio, donde dio sus primeros pasos en el canto. Incluso, todos los domingos asistía a las celebraciones en la Parroquia Santos Mártires donde cantaba a los asistentes.
Cantaba en la misa que daba el padre Bartolomé Vanrell, que fue mi director espiritual durante mi adolescencia. Él me dio esa linda oportunidad de cantar durante la meditación después de la comunión. Toda la gente salía llorando y muchos le decían al padre que los ayudaba a sentirse en comunión con Dios en ese momento recordó con nostalgia.
Luego, en su adolescencia, viajó a Buenos Aires para buscar una carrera que tuviera relación con la música. Primero estudió el Profesor para Sordos y Perturbados del Lenguaje, pero no estaba convencida del método que se aplicaba así que, un tiempo más tarde, ingresó a la carrera de Musicoterapia, en la Universidad de El Salvador, donde se recibió de Licenciada. Comencé a trabajar de ello y, a la vez, participaba en diferentes coros, creciendo y buscando métodos de canto. Estudié el Método Rabine (…) A partir de eso comenzás a trabajar con más soltura y sin esforzarte, porque mi voz no es grande como la de los folcloristas, que tienen esa voz gigante, como Soledad Pastorutti. En mi caso me gusta más la música melódica comentó.
Amor a través de la música
A lo largo de su carrera, la profesional se especializó en el cuidado y aprendizaje en niños. Trabajó ocho años ad honorem en el Hospital General de Niños Pedro de Elizalde (exCasa Cuna) de Buenos Aires, donde formó un coro con profesionales del nosocomio que incluyeron a psicólogos, catering, administrativos, clínicos, traumatólogos, entre otros.
El grupo coral llevó alegría y compañía a los pacientes durante dos años, luego el cambio de autoridades del nosocomio, hicieron que el proyecto terminara. Recuerdo que hicimos un encuentro coral con el Hospital Alemán, ellos cantaban en alemán y nosotros cantábamos temas que llegaban al corazón por eso al coro lo llamamos Canción de cuna, recordó María Kislo.
Fue así que, posteriormente, la profesional dirigió el coro de la empresa Ford Motor Argentina, donde participó en varios encuentros corales, incluso con otras firmas del rubro.
Los directivos y personal de la empresa necesitaban, después de terminar su jornada de trabajo, un espacio cultural. Esa experiencia duró tres años donde tuvimos encuentros corales, En una oportunidad, en Córdoba, estuvimos junto al Coro de Volkswagen Argentina, fueron experiencias muy ricas en mi vida, después nuevamente cambiaron de gerente de Recursos Humanos y los fondos pasaron al fútbol y se terminó el coro, lamentó.
Trabajo con los niños
Después de su recorrido por varios grupos corales, la artista continuó con el trabajo de musicoterapeuta en su consultorio, dedicado a niños con problemas de autismo y otras dificultades.
Siendo docente de música, trabajo en un jardín inicial con bebés de pocos meses hasta 5 años, ahí tengo el orgullo de armar un CD con los chicos de 5 años, donde aprenden una canción, y se van a un estudio de grabación y la cantan. Es una maravilla como ese proceso les permite comportarse, es una experiencia riquísima que no se olvidan más, especialmente el amor al canto. Al niño le das un micrófono y es como que se posesiona: entona perfecto y por supuesto, la música es transformadora y sanadora, yo lo viví toda mi vida, aseguró Kislo.
Mío mío
Grabó su primer material discográfico, Río, río”, conformado por distintos ritmos y estilos de la Argentina y que será presentado el 12 de mayo en la Peña Mandiyú, en Buenos Aires.
El disco también guarda canciones de Ramón Ayala y Fermín Fierro. Cuando estudiaba y trabajaba en Buenos Aires, siempre quise formar mi grupo, pero la vida y los hijos te hacen postergar esos deseos, ahora que los niños están grandes, mamá dijo: voy a grabar el CD, reveló.
Fue así que la intérprete, junto al músico correntino Néstor Acuña y el productor y bajista Juan Pablo Colombo, crearon este primer trabajo discográfico. Será el rescate de muchas canciones antiguas, además que tendrá un ritmo de cada lugar de la Argentina, como así los ritmos de mi litoral que es mi cuna, definió.
Increíble historia
La intérprete se definió como bien posadeña porque vino al mundo precisamente en la zona de la rotonda de ingreso a la capital provincial, el 7 de febrero de 1964.
Nací en un taxi y mi papá fue el partero, porque no llegábamos al sanatorio, entonces el taxista estacionó el auto y corrió a pedir ayuda, mientras mi padre me recibió, cortó el cordón umbilical con una Gillette, me dio unas palmaditas y después fuimos al sanatorio Nosiglia para ser atendidos. Esa fue la anécdota más hermosa de mi vida, creo que a partir de ahí tuve un lazo con mi papá diferente porque lo adoraba, contó María Kislo.
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